"+No puedo creermelo. Y encima con Maria. ¿Cómo pudiste?
-Ana, no es lo que parece. Ella me estaba ayudando con...
+¿Ayudando? O vamos, y yo nací ayer. Los he visto perfectamente tirados en la cama besándose.
-Me ha besado ella.
+Excusas excusas. Esto se ha terminado. Adiós.
-Ana, por favor escuchame.
Me marché de su casa. No quería saber nada más sobre él."
Malditas pesadillas y maldito despertador. Mia estaba sobre mi cara lamiendo mi nariz.
Seguía en casa de mi tía. Ella me había preparado un café con tostadas.
Lo tomé, después me vestí y arreglé un poco. Lo mínimo.
-Pasa un buen día -dijo ella antes de que me fuese.
No le respondí. No estaba de buen humor.
-¿Quien soy? -dijo alguien detrás mio y tapándome los ojos.
+No lo se, pero llevará una torta.
Me quitó las manos y pude verlo. Era mi mejor amigo, Marc.
Sí, aún que sea una negativa respecto a los hombres, tengo mejor amigo.
-Hoy estás agresiva ehh.
+Échale las culpas a ese de allí-dije señalando a Esteban.
-¿Voy a cantarle las cuarenta?
+No. Suenas fatal cantando.
-¿Cómo lo sabes si nunca me has escuchado?
+Lo presiento.
-¡Guapa!- gritó mi mejor amiga, Érica, mientras venía a abrazarme.
+Hola.
-¿Y esa cara? ¿Otra vez pesadillas?
+Has acertado.
-¿Qué pesadillas?- dijo Marc sin entender. Pobrecito.
+Nada, nada.
Me quedé mirando a Esteban. Iba hacia él su putita, María. Ella fue mi mejor amiga en su tiempo. Lo malo es que no me di cuenta de todo lo zorra que podía ser.
-La echo un poco de menos- dijo Érica mirando a María.
+Ella decidió marcharse. Intenté detenerla, pero se volvió una de las populares y, desde hay, no hay vuelta atrás.
El timbre sonó anunciando el comienzo de las clases. Tuvimos que pasar por el lado en el que estaban la pareja de demonios y Esteban me echó una mirada seguida de un guiño.
¿En serio?¿Es tan puto que encima liga conmigo?
No lo soporto.
Al acabar las clases
*******************
-He decidido que voy a hacer una fiesta de disfraces cuando sea Carnaval- dijo Marc mientras estábamos en mi casa junto a Érica.- ¿Qué os parece?
Mi mamá seguía sin volver porque tenía otra conferencia en Londres y dentro de tres días, una en Bélgica. Con lo cuál, cenaba y dormía en casa de mi tía. Luego pasaba la tarde en mi casa.
+Es una idea genial.
Mia ladró mientras movía la cola.
-Opino lo mismo- dijo Erica sonriente cogiendo a Mia.- Pero hay que elegir la película que vamos a ver.
+Vale, voy a hacer palomitas.
Y así pasé la tarde. Con mis dos mejores amigos viendo Scary Movie 3 mientras comíamos palomitas.
El plan perfecto.
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Esa estupidez llamada amor
Dla nastolatkówA sus 17 años, Ana deja de creer en el amor porque todas sus relaciones no le han durado mucho tiempo. Está cansada de que todo el mundo le diga cosas como: Aún no encontraste el adecuado, en cuanto menos lo esperes aparecerá y etc. No quiere saber...