Esa estupidez llamada amor

Cap.7

+¿Qué si que?- tendría que repetirlo para que mi cabeza pudiera asimilarlo.

-¿Tienes ganas de besarme?- aún agarraba mi barbilla y se acercaba cada vez más a mí.

+No..lo..se- era la verdad, no sabía que responder.

-¿Quieres una demostración?

¿Se refería a darme uno?

Estábamos muy cerca y yo iba echándome hacia atrás. Hubo un punto en el que me choque con una pared del puente y no pude alejarme.

Él estaba cerrando los ojos para besarme, pero giré la cabeza y besó mi mejilla. No le iba a dar el gusto de que fuese en los labios.

Se quedó con cara de extrañado, como si fuese un pecado que alguien lo rechazase.

+Es tarde, tengo que irme- me pude levantar, pero él me tenía arrinconada. Sabía que no se iría hasta tener lo que deseaba (y, muy en el fondo, yo también)

Puso su mano en mi mejilla, la acarició lentamente mientras me miraba fijamente, con esos ojos color miel y el mirando los míos (que eran verdes).

¡¿Quieres besarme y dejar que me vaya?!

Cogió uno de mis mechones de pelo y jugó con él. Me estaba desesperando.

-Tienes un pelo muy suav...

Lo besé. Estaba harta de que jugase así conmigo para esperar un beso que no llegaba.

Mi mente decía que parase, pero mi corazón gritaba: Continua.

Cogió mi cintura y yo enlace mis brazos en su cuello haciendo profundizar aquel beso tan apasionado que estábamos compartiendo.

Sus labios sabían a chocolate y eran realmente perfectos. Sentía algo raro en mi estómago, supongo que tendría hambre.

Al separarnos, noté que mis mejillas ardían, debía de estar sonrojada, pero no era la única. Él también lo estaba.

-Te sigo queriendo.

+Deja de mentir.

Y así sin más, le aparte y me fui.

°•°•°•°

Casi no pude dormir por estar pensando en Esteban.

¿Como pude besarle?

Era una estúpida. No puedes besarte con un ex-novio que ya no quieres.

^Pero tu lo quieres^

¡Mentira!

Yo lo detesto, lo odio y no quiero volverlo a ver.

Me levanté imaginando que mi tía ya habría preparado mi café con leche y unas buenas tostadas con mantequilla y mermelada, pero no fue así. Seguía durmiendo.

Me lo preparé yo y después me "arreglé" para ir hacia el instituto.

-¡Guapa!- gritaba Érica con su típico saludo.- Tengo que contarte algo muy importante.

+A ver, ¿Qué?- le dije con desgana. Aquí no pasa nada raro.

-Esteban ha dejado a María- no estaban saliendo, aún que la gente aquí es estúpida y no veía que sólo la usaba.- Y ha dicho que conquistara a la chica que realmente quiere.

Ese simio no puede realmente querer a alguien.

+¿Y alguna idea de quien puede ser?- yo era muy cotilla.

-Estoy entre la posibilidad de Catherine o Leila.

Ellas eran unas chicas muy populares que parecían unas putas, pero a todos los chicos se les caía la baba por ellas.

Vi que Marc se acercaba hacia nosotras y antes de que llegase, me fui directa hacia clase.

Al entrar, vi que sólo estaba Esteban. Él se dio cuenta de mi presencia y fue hasta mi mesa, donde yo estaba dejando la mochila.

-Hola- ¿Estaba nervioso?

+Hola- le respondí seria.

-Creo que ayer te olvidaste algo.

¿Qué me olvidé?

+No lo se, ¿Podrías refrescarme la memoria?

Fue a cerrar la puerta con pestillo. ¿Este que trama?

-Claro que sí.

Me besó y otra vez volví a sentir cosas en la barriga. O la comida no me sentó bien o tenía más hambre.

Me cogió en brazos sin despegar sus labios de los míos y nos tumbamos en la mesa del profesor.

Estaba atrapada y sin posibilidades de poder salir.

De repente, se oyó a gente empezar a pasar por el pasillo y eso me asusto.

+Estesban...- me separé de sus dulces labios y nos miramos fijamente.

-Sí, será mejor- ¿Leyó mi pensamiento?

Volvió a llevarme en brazos como una novia en su luna de miel y me dejó delicadamente sobre mi silla y, antes de ir a abrir la puerta, me dio un pequeño pico acompañado de una frase.

-Ya sabes que te quiero Ana y no descansare hasta que vuelvas a ser mía.