Me había olvidado del chico de la carta.
¿Y ahora qué?
Realmente estaba muy bueno y me sonaba familiar, asi que, ¿Por que no intentar saber quien es?
Me acerqué lentamente hasta dónde estaba él.
-Has venido- dijo con una gran sonrisa, se veía muy dulce.
Espera, ¿Yo he pensado eso?
Pero si aún no he bebido.
-¿Te traigo algo?
+Una coca cola.
-Te traeré un calimocho- ¿Se me nota tanto que necesito algo de alcohol?
Él se metió en la casa dónde estaba la barra con muchas botellas. Me las beberia todas si pudiera.
Yo también entré y vi a una gatita (Era Erica) y a una especie de mono a su lado.
-Ana, tengo que hablar contigo-dijo el mono llevandome hacía fuera.
+¿Que quieres australopitecus?, por cierto, ese disfraz te queda que ni pintado capullo.
-¿Podrías dejar de insultarme al menos por un segundo?- no quiero hablar con él, y menos con el chico misterioso dentro.-¿Por que me ignoras? ¿Que he hecho?
+Ser un idiota, y ahora voy a buscar a mi pareja- ya me estaba dando la vuelta, pero él me agarró. ¿Por qué no me deja en paz?
-¿Pareja? ¿Quién?- parecía muy enfadado, incluso puede que.. ¿Celoso?- Voy a decirle un par de cosas, como por ejemplo, que eres mía.
+¿Tuya?- encima con gilipolleces.- ¿Qué coño has fumado?. Yo no quiero tenerte ni cerca. Ahora sueltame.
Volví adentro pero no veía a Superman por ningún lado.
-Esta en el jardín- me dijo una chica que era ¿Catherine?
+Gra..cias- no pensé que algún día me hablaría esta perra con pulgas.
Volví a salir y lo vi sentado en uno de los bancos de piedra cerca de unas bonitas flores que había cuidado la madre de...
Oye ¿Y Marc?
No le había visto en toda la noche. Supongo que andará disfrazado y no me he enterado.
-Hey, te estaba esperando- me ofreció el vaso mientras me sentaba a su lado.- ¿Dónde andabas?
+Me secuestró un idiota- se hechó a reír y me contagió la risa.
-Eso es lo que más me gusta de ti.
+¿Qué insulte?
-Tu risa, porque es única- me había hecho sonrojar, decía cosas muy cursis.
+Que tonterías dices.
-Es la verdad- estábamos muy cerca, podía sentir su respiración entrecortada.- Eres preciosa.
Sentía algo raro en el estómago y ya casi estaba cerrando los ojos para besarle.
-Pequeña, te quiero...
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Esa estupidez llamada amor
Novela JuvenilA sus 17 años, Ana deja de creer en el amor porque todas sus relaciones no le han durado mucho tiempo. Está cansada de que todo el mundo le diga cosas como: Aún no encontraste el adecuado, en cuanto menos lo esperes aparecerá y etc. No quiere saber...