Muerte

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Ya no había más que hacer.

Sabía que sus dos amores estaban en un espacio que los humanos no alcanzaban a comprender.

Eran más que polvo de estrellas porque junto a ellos pudo ser feliz por un corto tiempo.

Experimentó la cercanía, el placer de que alguien recorra con sus manos tu piel, el sentimiento de pertenencia, que se preocuparán por él (aunque no lo admitían) el saber que alguien lo esperaba por las noches.

Recibió el mensaje de ambos que decían casi lo mismo, el primero de aquél testarudo y gruñón cangrejo que tanto adoraba y que atesoraría cada uno de los momentos que pasó a su lado desde pequeños, los más mínimos detalles siempre serían su mayor tesoro y que no era más que un niño miedoso de la vida y las personas a sus ojos.

Ese simple y pequeño mensaje le dolió demasiado:


"Perdónenme... no pude protegerlos, al final... si fui la basura que no los merecía... discúlpenme..."



Y después de eso, no pudo sentir más que su cosmo apagándose lentamente, estuvo tentado a correr por su espada y largarse a correr a buscar a su tercera parte... pero su Patriarca les había prohibido moverse de su puesto y no hizo más que soltar lágrimas de amargura.

El segundo llegó más tarde y fue más escueto:


"No olvides lo mucho que te amamos... perdóname por dejarte solo... vive... hazlo por nosotros"


Sonrió con tristeza ¿Cómo se atrevía a pedirle tremenda estupidez?


Se puso en posición al sentir como el cosmo de los caballeros de bronce se aproximaba.


Su pequeño Shura, sabía cuanto odiaba que le dijera así pero lo adoraba, le encantaba el acento español tan marcado y que fingiera ser igual de frío que Camus engañandose únicamente a él, ya que para la rosa y el cangrejo, sus facciones y gestos les eran bastante evidentes.


Peleó con toda la rabia y tristeza que sentía, descargó su furia contra Andrómeda, y ahora que estaba agonizando... no sentía temor, ni siquiera tristeza pues sabía que se reuniría con sus dos amores.

Ni siquiera reparó cuando Athena pasó a su lado para sanar al caballero casi muerto de su lado, ya no le importaban los dioses, el santuario, ni siquiera el jodido mundo, todo se lo habían arrebatado.

Y murió...


Murió pensando en aquellos dos cabezas huecas que por más diferentes que fueran, se encargaban de complementarlo, de hacerlo sentir vivo, sentir que valía la pena, que a pesar de toda la crueldad del mundo, aún había personas por las que vale la pena arriesgar todo lo que tenía; esperando recibir el castigo divino que le fuera asignado junto a ellos, soltó su último suspiro, para dar paso a las rosas que adornaron su cadaver.

A pesar de que el destino, no tenía contemplado que cumplieran su sentencia con tranquilidad.

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Y se acabó.
Espero que les haya gustado y si no, ya saben que pueden dejar sus comentarios y sugerencias para que me ayuden a mejorar.
Gracias por leer ♡
Nos leemos luego

Ciao ♡

Apostando Relaciones (ShuraxDMxDita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora