dos

1.1K 204 20
                                    

"No se decirle que no a nadie, te juro que no, te juro, te juro, te juro que...Ni siquiera las polillas".

Jimin se sentó en la sala con el aire casi asfixiando sus pulmones. El olor a sanitizador y el blanco de las paredes por algún motivo lo hacían desear huir. Los lugares como este siempre lo ponían nervioso, prefería las paredes de color rojo o algún amarillo brillante, algún color que revelara algo de vida.

Le asustaban terriblemente los colores blanco, negro o gris, por eso siempre llevaba camisas a rayas de colores o algo que expresara algo de vida. Yoongi era lo contrario, vestido siempre de negro de pies a cabeza, incluso lo era el tapaboca que ahora ocultaba su expresión.

—¿Yoongi?   

Este como de costumbre, no contestó. Estaba completamente cabizbajo, y cómo Jimin no soportaba verlo así, tomó su mano y trató de transmitirle la calma que no sentía, se esforzó por darle la sonrisa más amplia y brillante dentro de su repertorio, Yoongi no lo necesitaba frunciendo el ceño y jugueteando nervioso con los botones de sus puños.

—¿Me esperas aquí? — preguntó este soltándose rápidamente de su mano.

Jimin asintió nervioso, y mordió su labio inferior. Vio a Yoongi entrar a un box, y odió el lugar. Este lugar no iba a hacer feliz a su hyung. Este lugar no iba a ayudarlo tanto como él podía.

Se levantó del asiento, y pondero sus posibilidades. Quería simplemente huir.

Si le preguntaran, su primer instinto siempre ese ese. Cada vez que las cosas se ponían difíciles, tomaba sus libros, sus camisas favoritas y desaparecía como si nada.

Después de alguna u otra noche un poco alocada, era el primero en salir por la puerta del motel o negarse a cualquier tipo de relación que involucrara algún sentimiento. Jin, era el único que estaba al tanto de sus estancias cortas y un desfile incesable de chicos en el living del departamento que ahora compartían. Desde el último comeback, y las últimas circunstancias todos habían decidido que era mejor que vivieran separados. Jungkook y Taehyung habían decidido volver a casa, Hoseok vivía junto a Namjoon, y así él con Jin. Yoongi era el único que se encontraba completamente solo.

Pero el punto es que estaba acostumbrado a huir, y más que una anécdota, eso era un hecho. Sin embargo, el chico de perfil estoico, lo hacían desear quedarse siempre. Incluso si el pelinegro estaba demasiado cansado y triste para verlo o darse cuenta de su presencia.

Su pie golpeteó contra el piso, y puso una mano sobre su muslo tratando de calmarse. No quería ver los afiches de ansiolíticos, la propaganda de algunas farmacéuticas, ni carteles en contra del suicidio mostrando los porcentajes cometidos por adolescentes.

El lugar era tan oscuro.

Cuando vio aparecer a Yoongi al final del pasillo, su expresión era más bien fría. Estuvo a punto de dar un paso hacia él, cuando en una esquina apareció alguien vestido casi de arcoíris, una gorra y tapabocas.

Vio como Yoongi lo abrazaba, se rompía en sollozos contra Hoseok y no soportó más. Se cortó la última cuerda que lo mantenía anclado ahí.

Yoongi ya no lo necesitaba.

Nunca lo había necesitado.

No cuando le preparaba el desayuno por las mañanas, ni cuando Yoongi abrazaba sin mirarlo a los ojos, tampoco cuando lo sostenía no siendo más que un manojo de sollozos y balbuceos inentendibles.

No lo necesitaba, y se rompió en mil pedazos, porque verlo en los brazos de Hoseok de esa manera, confirmaba una y otra vez lo que sabía, pero no quería asumir. 

Contuvo como pudo la tos, puso su mano sobre su boca y cerró los ojos con fuerza rogando que no fuera lo que estaba pensando por muy obvio y probable que fuera. Sabía que debía ocurrir, pero solo quería un poco de tiempo más antes de lo inevitable.  

(...) 

[Perdón los errores, juro mañana revisar todo cuando sea más temprano. Seguiré actualizando, gracias por leer y votar<3]

flower boy //ymWhere stories live. Discover now