Prólogo

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El Clan Saien era conocido por su Kekkei Genkai, ya que portaban la capacidad de manipular las moléculas, pero con el paso del tiempo y su requerimiento a las grandes guerras ninjas, los miembros fueron desapareciendo drásticamente.

Los últimos sobrevivientes para evitar su extinción, crearon un pacto con un antiguo demonio, para que les otorgara la capacidad de transportación a otras dimensiones, este a cambio del poder exigía la residencia en el miembro más fuerte que quedará, y así hasta que muriera y fuera pasado al siguiente en línea sucesora.

Así poco antes de la segunda guerra ninja, los miembros restantes del Clan Saien desaparecieron de la dimensión, haciendo creer a todo el mundo que ya no existían.

Después de la tercera guerra ninja la última integrante del clan volvió al país del fuego para dar a luz y pasarle al demonio a su primogénita...

─¡Ahh...! ─gritó dolorosamente una castaña en compañía de un peli morado.

─¡Vamos, Kata, tu puedes! ─decía el chico apoyando a la mujer.

Esta le dirigió una mirada furiosa e incrédula.

─Lo dices como si fuera lo más sencillo del mundo.

─Ya, ya, deja tu drama y concéntrate en traer a esa cosa ─contestó el hombre de forma calmada, pero siendo consciente de que por dentro estaba más histérico que nunca, ya que era la primera vez que él participaba en pleno parto, pues siempre los médicos del clan se hacían cargo, o al menos antes de aquel incidente.

─Takeshi te habló en serio, si crees hacerlo mejor, hazlo tú.

─Sabes perfectamente que yo no puedo dar a luz.

─Lo sé, pero puedes sentir el mismo dolor, por lo que regresa inmediatamente.

─Si lo hago ¿Quién va cuidar de ti?, además no hay nadie para que reciba al cachorro que quiere salir de tu panza porque te recuerdo que tu querías dar a luz en un lugar donde nadie pudiera verte.

─En primer lugar, no se llama cachorro, es un bebe.

─Es lo mismo, está dentro de tus entrañas y como yo soy un besho lobo, que vive también dentro tuyo, y que por cierto tuvo que compartir espacio con esa cosa por nueve meses, tengo todo el derecho de llamarlo como se me de mi regalada gana.

Kata solo rodó los ojos ante el comentario del lobo.

─Segundo, si estamos aquí es por protección del bebe y...

─Pero era necesario que naciera en el fondo del mar ─dijo Takeshi viendo a fuera de la burbuja de aire a un pequeño "pececito".

─Deja de quejarte y ¡Sí, si era necesario! Dime...

─Me.

─¿Quién va a buscar a un bebe bajo el agua?

─No losé, tal vez una ballena o un par de chiflados como tú o yo.

─Ni si quiera en momentos serios vas a dejar de hablar ¿cierto?

─No, soy único y me adoras así.

─Sí, te quiero, pero a veces cien metros bajo tierra.

─Eres tan mala ─dijo dramatizando Takeshi y se agacho a llorar con un aura deprimente sobre sí.

Kata estaba por contestar, si no fuera porque una nueva contracción inundo su cuerpo, rápidamente se acostó y con dificultad se quitó el pantalón y el calzón. Takeshi al oírla gritar se recuperó y se dispuso a ser el mejor lobo partero improvisado de la historia.

Mas que mi invocación Mi hija (Pausada Temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora