Mas que mi invocación Mi hija (Pausada Temporalmente)

Capitulo 2

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Aunque ya pasaron seis meses desde mi llegada a Konoha aún conservo los fragmentos de mi vida pasada, recuerdo a mis padres y a mis hermanos, y aunque sé que probablemente mi desaparición les cause dolor, no me arrepiento de estar aquí. Lo sé, suena cruel, pero es la verdad. Admito que mi vida allá, era buena, económicamente, pero sentimental, fue muy complicada. Principalmente porque la familia que tuve no era la verdadera, pues me adoptaron de bebe.

Por mucho tiempo no me importo, pero al final aquel vacío que sentía al pensar en mis progenitores, regresaba. Haciéndome meditar durante horas sobre el abandono de estos.

Aunque sé que no soy la persona adecuada para quejarme, pues en este lugar y en muchos otros existen niños con el mismo -o incluso más grande- problema de estar solos, como Naruto o Gaara, no puedo evitar pensar aquello.

O al menos ya no por ahora, pues ¡Ya voy tarde al entrenamiento con Kakashi!

Me levanto de la cama como rayo y busco mi ropa en el armario, cuando la encuentro, salgo escaleras abajo en dirección a la cocina, tomo una manzana y mientras camino a la puerta, me voy cambiando, y aunque sé que voy a dejar mi pijama tirada por todo el departamento del peli plateado, no me importa, pues sé que me ira peor si no llego al campo de entrenamiento.

Se supone que Kakashi me cito a las ocho allá, pero conociendo su impuntualidad ya sabía que llegaría por lo menos tres horas tarde, por lo que no me moleste en levantarme temprano, en su lugar me dedique a descansar todo lo pudiera, pues ya sabría que el día sería pesado, ya que hoy comenzaría oficialmente mi entrenamiento como ninja de la hoja, cosa que me emocionaba muchísimo.

Cuando aparecí en la oficina del Hokage, mi primera reacción fue la de incredulidad pues es prácticamente imposible aparecer en tu anime favorito, aunque creo que la sorpresa fue tanta que me hizo desmayarme, eso y la herida de bala que tenía en el brazo.

Cuando recuperé la consciencia otra vez, me encontraba en el hospital, cosa que no me extrañó, pues después de aquel disparó era lógico. Ahí, Kakashi y el Hokage me interrogaron, cosa que me puso súper nerviosa, pero logré controlarme y responder a cada pregunta de forma calmada, y de una forma convincente, pues no les iba a decir que eran personajes de un anime, me tomarían por loca. También me explicaron mi llegada, cosa que casi provoca mi segundo desmayo.

En resumen, dejaron que me quedara a vivir aquí con la condición de que Kakashi se hiciera cargo de mí, pues por lo que entendí, fue el único ninja que logro invocarme. Lo que significaba que él era mi propietario, pero como ese término sonaba feo, mejor decidieron hacerme pasar por su hija. Cosa que me hizo reír a grandes y sonoras carcajadas, pues no nos parecíamos en nada y él debía estar en sus veinte. Pero al final termine aceptando, pues solo un tonto de negaría ente tal tentadora oferta: ser hijo del ninja que copia.

Creí que al llegar nada más estaría ahí y ya, pero tenían planes muy diferentes para mí. Cómo invocación mi labor es brindar apoyo al ninja con el que tengo mi contrato, pero como solo tengo cinco años y mis habilidades de lucha son nulas, decidieron entrenarme.

Al enterarme de aquello, grite tan fuerte que estoy segura de que Gaara lo escucho. Cuando me levanté ese día para comenzar con lo que sea con que iniciarán los entrenamientos, me lleve una gran desilusión.

Pues primero tenía que estudiar lo práctico, ya saben libros. Historia de cada cosa y cosas por el estilo. Y aunque creí que era una muy mala broma, no lo fue. Al final resultó que mi comprensión lectora me sirvió de mucho, pues cada libro que leía lo podía memorizar ─bueno eso y el hecho de que en el anime ya había visto la explicación, por lo que no me fue tan difícil─.