VII

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Me despierto por un pitido pausado pero continuo. Abro mis ojos y miro la habitación, estoy en un hospital, ¿qué ha pasado? A mi lado hay un atril de donde cuelga el suero, el cual baja por un tubo y se mete en mi vena con una aguja a través de la muñeca. Al lado del "perchero" hay un monitor cardiaco, ha sido eso lo que me ha despertado.

Miro la habitación, Tom está en uno de los sofás hecho una bolita durmiendo. Miro mi brazo izquierdo, me han puesto un esparadrapo por todo el antebrazo para tapar los cortes. Aprieto los labios y vuelvo a mirar a Tom, ¿los habrá visto?

- Tom. -le llamo para despertarlo.

Él abre un poco los ojos y cuando me ve salta del sofá. Viene hacia mi y pone sus manos en mis mejillas.

- ¿Estás bien? Tengo que ir a llamar al doctor, ya vengo, ¿vale? -dice rápidamente, pero antes de que se vaya cojo su muñeca.

- Espera. ¿Qué ha pasado? Lo último que recuerdo es estar en clase de historia. -frunzo el ceño mirándole.

- Te desmayaste. -aprieta sus labios.- Vuelvo en nada. -sale de la habitación, quitando mi mano de su muñeca suavemente.

¿Lo sabrá mi padre? No creo, seguro que cuando llegue a mi casa me espera una buena. Mi corazón comienza a latir con fuerza y el monitor emite sonidos más seguidos.

El doctor entra con Tom y los dos miran el monitor- ¿Está bien? -me pregunta el doctor ahora mirándome a mi.

- S...sí. -murmuro y trago saliva intentando relajarme.

El doctor Wilson se sienta en una silla frente a mí con unos papeles y me mira.- ¿Sabe por qué está aquí?

- Me desmayé. -digo no muy segura y aprieto mis labios.

- ¿Sabe el por qué? -alza una de sus delgadas cejas.

- No. -le miro y él suelta un suspiro mirando los papeles.

- Le hemos hecho algunas pruebas cuando llegó, no has ingerido nada por días, y eso, junto con la calor ha hecho que le de una bajada de tensión, nada serio. Lo que es serio es por qué no está comiendo. -regresa su mirada a mi.

Juego con mis manos bajo la sábana y me muerdo el labio.- Simplemente no tengo hambre.

- Está al borde de tener desnutrición severa, ¿lo sabe? -alza sus cejas.

Dirijo mi mirada a Tom, quien nos escucha desde la puerta atentamente y hace una mueca cuando escucha al doctor.

- No, no lo sabía. -murmuro.

- Pues más le vale comer si no quiere tener anorexia, es una enfermedad muy grave. -se levanta de la silla.- Ya puede vestirse, su ropa la tiene ahí. No hace falta que le mande medicamentos, ni nada. Solamente que coma, ¿puedo confiar en ti? -me sonríe.

Asiento.- Sí, claro. -miento y me muerdo la mejilla.

- Bien, le daré cita para el próximo mes. -escribe la fecha para la cita y me lo entrega, seguidamente sale de la habitación.

Mira el papel en mis manos y suspiro. No voy a venir obviamente, no puedo pagar esto de ninguna manera, por lo que no es posible que venga.

Tom se acerca a mi y frunce el ceño.- ¿Por qué no comes?

- Ya lo he dicho, no tengo hambre. -murmuro mirando las sábanas.

- ¿Enserio? -aprieta sus labios.

Mis ojos comienzan a arder y noto como se cristalizan, las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos hasta mis mejillas.

- Olive... -murmura Tom y se sienta a mi lado en la camilla. Se acerca y me rodea con sus brazos.

Broken Girl. | Tom Holland.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora