Capítulo 5. El Aviso.

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Me despierto, por el sol que entra por la ventana, haciendo que así toda la estancia quede iluminada por la brillante luz mañanera. Aun que me quedaría todo el día en la cama, al darme cuenta de que son las 12:27 de la mañana, me levanto de la cama, y voy hacia el vestidor, donde cojo un tejano y una camiseta blanca básica, y junto con unas bambas, estoy lista.
Al salir de la habitación, me voy hacia las escaleras para bajar a la cocina donde en la encimera esta sentanda Rebekah, tomándose un café y una pieza de maracuyá.

—Buenos días Rebekah-digo sonriendo mirándola mientras me siento a su lado en un taburete.

—Buenos días Adri-dice sonriendo acabándose el café-¿que tal has dormido?

—De maravilla, hacia tiempo que no dormía tan bien-digo sonriendo-oye, ¿donde esta tu hermano?

—En su habitación, pintando-dice sonriendo mirándome-me dijo que sabias cantar, ¿es eso cierto?

—Así es-digo sonriendo ante un poco la sorpresa de ella-¿por que os sorprendéis tanto?

—Por que, nosotros, antes de que nuestra madre nos hiciera inmortales, cantábamos como los ángeles-dice seria-pero Esther no nos haría inmortales sin ninguna cosa a cambio, y como te supondrás, tuvimos que renunciar a nuestras voces-dice levantándose a por otra taza de café-todos, menos Elijah, el renuncio al sentimiento de rencor y del orgullo, los demás hermanos, somos demasiado rencorosos y orgullosos, como para renunciar a esas dos cualidades. A si que el sigue cantando, pero no lo hace a menudo.

—No tiene poca historia ni nada vuestra familia-digo sonriendo-a parte de la voz, te contaría que también toco el violín, piano, guitarra y saxofón, todos a la perfección.

—Es impresionante-dice mirándome con una sonrisa.

—Adoro el jazz, siempre he admirado a todos los músicos de ese estilo, era el favorito de mi abuela-digo sonriendo-ella me decía que nunca dejara de hacerlo como yo sé.

—Pues hazle caso a tu abuela-me dice-hoy Klaus esta de buen humor, a si que si quieres ir a por tus cosas del pantano deberías decírselo.

—Eso haré Rebekah-digo sonriendo y salgo hacia las escaleras y me encamino a la habitación de Klaus, peto, y cuándo escucho "adelante" paso-buenos dias Klaus.

—Buenos días Adriana, ¿que se te ofrece?-dice parando de pintar y me mira.

—Voy a ir al pantano a por mis cosas, y de paso despedirme de mi manda-digo mirándole-era solo para informarte.

—Muy bien-dice mirándome y se vuelve a pintar en su lienzo, cuando iba salir escucho-si ocurre algo, llama.

—Eso haré-sonrío-adiós Klaus.

Sin esperar mas, salgo de la habitación y voy hacia el patio, donde se encuentra un auto todoterreno, en el que me monto y voy en dirección a casa de Iron, antes de ir hacia el pantano. Al llegar, me bajo y timbro, y sale Matt.

—Hola Matt, solo he venido a avisaros de que Iron, esta bien-digo y su gesto se relaja-pero va a estar un tiempo fuera, ya que Klaus le a otorgado alfa de la manda.

—De acuerdo-dice serio-dale un fuerte abrazo de parte nuestra. Y gracias por contárnoslo Adri.

—No es nada-digo sonriendo.

Cuando el se vuelve a dentro yo ando hacia el coche y lo arranco, esta vez si, en dirección al pantano.

La Marca de la Media Luna [Los Originales] Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora