– ¡Hija, a comer!
Cody salió de su habitación y se dirigió hasta la habitación de huéspedes que estaba en una de las esquinas del pasillo, en donde dormía Axl. Se había pasado las tres últimas horas ordenando un poco el desastre que tenía en su propia habitación, separando los libros que debía devolver a la biblioteca y escribiendo un poco más en la carta para su padre. Parte de ella sabía muy bien que no servía de nada escribir a su difunto padre Nicolás, pero aun así lo hacia todos los años sin falta. Además, usaba aquel momento íntimo para expresarse un poco ya que no solía expresarse de manera sentimental en su vida cotidiana. Durante ese tiempo libre no había podido dejar de pensar en todo lo que había pasado en las últimas horas. Todo había sido tan irreal que no sabía exactamente como tomárselo aun.
Al llegar a la puerta de la habitación de huéspedes puso su mano en el picaporte y sintió que estaba tibio, como si la luz del sol le hubiera dado por horas.
Abrió la puerta despacio y cruzó el umbral. Al entrar, una ráfaga de suave calidez le recorrió el cuerpo y la invadió una sensación de calma. El ambiente se sentía soporífero, como si alguien hubiera encendido un incienso. Se sentía tan bien que cerró los ojos y aspiró profundamente. Era como estar dentro de un comercial de perfumes para el hogar. ¿Acaso esto era una de las tantas cosas que Axl sabía hacer? Se preguntó. Tal vez estaba descansando bien, y por eso transmitía aquella tranquilidad... Sí, con seguridad era eso, ya que cuando tuvo pesadillas hizo temblar la tierra... ¿O no había sido él?
Cody estaba tan distraída que olvidó por completo porqué había entrado a la habitación en primer lugar, hasta que su mirada se posó en Axl, quien dormía apaciblemente. Sintiéndose confiada se acerco a la cama despacio, se agachó un poco y acercando su rostro al muchacho dijo en voz baja:
– ¿Axl?
Este abrió los ojos al instante. Cody se corrió hacia atrás. Aquella sensación de tranquilidad que inundaba el lugar se esfumó de forma tan repentina que por un momento se sintió un poco de frio.
– Lo siento. Te volví a asustar, ¿Verdad? – Le preguntó el muchacho levantándose de la cama, ya completamente lúcido.
– Ya está servida la comida... Y sí, volviste a hacerlo – Le respondió Cody poniéndose una mano en el pecho. – Antes de bajar quería mostrarte un poco la casa para que te ubiques mejor, mi madre quiere que te quedes mientras no tengas a donde ir.
– Tu madre es una muy buena persona si aloja a un desconocido como yo. Está bien – Accedió Axl. – Oye, ahora que lo dices estaba pensando en que tendría que hacer algo para mostrarle mi agradecimiento a tu madre, ya sabes... Por darme hospedaje en su casa – Le dijo mientras ambos se ponían de pie y salían al pasillo, cerrando la puerta de la habitación.
– Claro. Yo que tú empezaría arreglando la piscina que rompiste cuando nos trajiste aquí – Dijo Cody guiándolo por la casa. Frenaron frente a su habitación. – Y deja de hablar de esa forma tan correcta, no hace falta.
Cody abrió la puerta y al entrar encendió la luz. Comparada con su aspecto normal, Se notaba bastante que la habitación había sido ordenada. Las pequeñas pilas de libros que solían estar repartidas por todo el suelo ahora se hallaban juntas en dos pilas altas puestas contra la pared, justo al lado del escritorio y la computadora. Un par de guitarras estaban paradas y apoyadas contra la pared opuesta a la entrada, justo debajo de la ventana. Cody no sabía tocarlas muy bien (ni tenía interés por aprender), pero habían sido un regalo que su madre le había hecho de pequeña y las cuidaba mucho. Además, era entretenido tocar un instrumento sin saber de vez en cuando para distraerse. Alto en la pared, sobre la cabecera de la cama Cody tenía colgados varios diferentes tipos de objetos antiguos que le gustaba coleccionar. La pared opuesta a la cama estaba ocupada por un armario color marrón oscuro, una biblioteca de casi tres metros de alto llena de libros y aun más objetos de decorado y un mueble con puertas corredizas que tenía apoyada encima una televisión grande y delgada.
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Historias de Parque Blanco - Axl (TERMINADO)
Teen FictionTodos los derechos reservados © . Primer libro - Axl. (TERMINADO). Dakota, o "Cody" como todos la conocen es una adolescente muy hermosa pero con una actitud bastante antipática hacia los demás. Ella vive en Parque Blanco, una ciudad que fue poco...