Como dos piezas

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Y podrás complementarme de una forma inigualable, única y especial...sabrás al instante que tú vas en mí como yo voy en ti, como dos piezas que encajan perfecto♥ -Marian May







Como un copo de nieve, pero no de esos comunes, obvio no, eres como ese copo que no es chiquito, grande, ni mediano es del tamaño perfecto porque cabe en la palma de mi mano y puedo mantener el equilibrio si lo coloco en uno de  mis dedos... Eres como un copo de nieve que contiene magia, secretos, alegrías, tristezas, tragedias, enojos, triunfos y un ser maravilloso, eso eres un copo de nieve especial del color azul dorado, un azul que no es tan azul, un azul que te transmite paz y seguridad plena. Un copo de nieve que cabe perfectamente en mi mano.










Y tendrás que ver la belleza en el delirios humano...









Podía sentir como volaba con solo tocar tu mano...









Sé que no sabrás cuánto te quise porque nunca leerás esto...









-¿Me querés? - que clase de pregunta boba es la que me estaba haciendo, sentía el nudo en mi garganta, que las lágrimas se me salían por los ojos, mi corazón iba a mil pero yo ya había ensayado la respuesta no sé porque me costaba responder -¿Por qué estás preguntado eso? ¿Que clase de pregunta boba es? -escuchaba mi corazón latir en mis oídos tan fuerte que sentia que él también parecía escucharlo. -Porque yo quiero saber, responde ¿Aún me quieres? -¿En que sentido? - En todos. -No. Ya no te quiero. Vi un destello de tristeza en sus ojos, Vi como la luz de esos ojos hermosos se iban apagándo, como su semblante cambio y ahí estaba otra vez, esa mirada que me penetraba, la que tenía el poder de ponerme nerviosa, la que sabía hacerme perder la razón, cambiar de opinión y de pronto apareció una sonrisa en su rostro casi nerviosa -Eres una mentirosa, -me dijo- conmigo no te hagas la fuerte.     Tenía razón, aún lo amaba, aún había chispa en mí que él podía encerder pero ya había construido un muro el cual mantenía a salvo mis sentimientos hacia él y eso era lo mejor, sabía que debía de dejar de sentir eso por él pero no sabía cómo y negarlo parecía una buena idea. -Ya no te quiero. -Juramelo.
-Te lo juro, ya no te quiero. Hubo un silencio absoluto pero no incómodo, me recosté en su pecho y escuchaba su corazón, el mismo corazón que una vez bailo junto al mío la misma melodía, el corazón que alguna vez latio por mí pero ya no. -Te odio. Aún te quiero, aún siento cosas por ti, me pasan cosas contigo, aún te quiero pero siento que es mejor así, es mejor guardar esto que siento. -Yo te quiero demasiado, demasiado aunque no me creas aunque estés pensando, yo te quiero.










Lo odio, lo odio y me odio a mí por no poder odiarlo.









Quiero que llueva, quiero caminar sobre la lluvia, que se lleve mis lágrimas, que limpié con sus gotas mi cara y que se lleve mi sufrimiento, necesito caminar sobre la lluvia escuchando mi canción favorita, que sus gotas rozen mi piel y volverme una sola con la lluvia.









Y podría jurar que alguna vez en algún momento fuimos infinitos dentro del tiempo y espacio.

Fragmentos De Un CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora