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—Busca algún lugar en dónde puedas quedarte a dormir por hoy, tengo algo preparado para mi esposo y no quiero que lo eches a perder con tu presencia.—Abrieron bruscamente la puerta de mi habitación.

—¡No puedes correrme de mi casa cada que quieras coger con mi papá, no tienes ningún derecho!— Me levanté de mi cama para sacarla.

—Soy la esposa de tu padre y por consecuencia soy tu madre, hasta ahora te he tenido piedad y si así lo quisiera ya estarías en la calle no lo olvides.— Dijo con una enorme sonrisa. —Sigue así y te aseguro que pronto agotarás mi paciencia.

—Tú no eres mi madre, eres solo una prostituta con la que mi papá se está divirtiendo.— Ahora fui quien sonrió. — El que tu sientas piedad por mi me es repulsivo no lo hagas, dentro de poco te irás y mi presencia no te molestará mas.



—Estoy tan cansado de correr, de luchar. ¿Está bien si quiero rendirme? —Dije al cielo con el rostro mojado por la lluvia.

—Por supuesto que no. —Hablaron detrás de mi.

—Usted no sabe nada sobre mí. —Reclamé a la persona como si fuera el culpable de mis males.—Estoy tan cansado no puedo mas, solo quiero que todo cambie.

—Entonces ven conmigo. —Extendió su mano hacia mi.

—No puedo hacer eso.— Me negué escondiendo mi mano tras mi espalda.

—Yo haré que todo cambie, sólo tienes que venir conmigo.

Change  °KookGi°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora