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YoonGi


—¿Ir con usted? —Pregunté con evidente desconfianza.

—Sabrás sobre mis intenciones solo si vienes conmigo. —El hombre extendió su mano mientras sonreía con amabilidad. —Es arriesgado, pero tampoco creo que tengas un mejor lugar al que ir.

—Eso es cierto, pero tampoco quiero que mi cuerpo termine descuartizado por ahí, si quiere llevarme es porque quiere algo a cambio. ¿No es así?

—Como dije antes no busco hacerte daño y por el momento me conformo con conocer tu nombre, después de hablar podemos llegar a un acuerdo. —Dijo sin retirar su mano.

—Min YoonGi. —El pronunciar mi nombre provocó una sensación de cosquilleo en mi boca, no sabía cuánto tiempo pasé sin pronunciarlo.

—Quiero escuchar tu respuesta. ¿Vienes conmigo? —Sin nada más que perder tomé su mano, con su tacto cálido me llevo a su auto y me hizo subir.

—John vamos a casa. — Ordenó al hombre que se encontraba dentro del auto.

― Si señor Jungkook.

Miré por la ventanilla como las calles donde había pasado los últimos años se quedaban atrás, debido al cansancio y sin notarlo me quede dormido. Al abrir de nuevo mis ojos me encontré envuelto entre cálidas y esponjosas mantas, no pude evitar restregarme contra la suavidad de la cama.

—Si está despierto hay cosas que hacer, he preparado el baño para usted señor. —Dijo una señorita parada en el umbral de la puerta.

―Gracias. —Avergonzado me levanté de la cama y caminé hacia dónde me había señalado el baño.

Había un gran espejo a la mitad del baño, curioso por mi estado actual quite mi ropa. Me costó mantener la mirada fija, moretones, mordidas y rasguños cubrían mi cuerpo.

Giré el rostro asqueado de mirar mi horroroso estado y entré a la tina. La temperatura era buena y sumergí por completo mi cuerpo conteniendo la respiración por algunos minutos, al terminar de ducharme me coloqué una bata y salí del baño.

—El señor Jeon vendrá a verlo en unas horas solo debe esperarlo aquí, iré a traer su desayuno. —La mujer salió de la habitación y cerró la puerta. —Aprovechando la soledad, comencé a revisar todo en la habitación, pero no pude encontrar nada interesante solo un par de mantas y sabanas.

—He traído su desayuno señor. —Dijo sorprendiéndome infraganti. —Si necesita algo más puede tocar el botón en la pared. — Señaló la cabecera de la cama, por sus gestos antipáticos sospecho que no le agrado mucho a la mujer.

—Necesito algo ahora.— Entrelacé mis manos a mi espalda mientras tallaba la punta de mi pie en la alfombra.

—Dígame señor.

—¿Podrías solo llamarme YoonGi? No soy ningún señor, me siento incómodo y extraño siendo llamado de esa manera.

—Lo siento, no se me permite hablar de forma descortés con los invitados de esta casa. —La mujer dejo la charola sobre la cama, hizo una reverencia y salió.

Me acerqué a la cama para ver la charola y mi vista se iluminó, no había visto tanta comida desde que murió mi mamá, termine todo y deje los platos en el escritorio, pasaron varias horas desde que me levanté, pero aburrido volví a recostarme en la cama.

—¿Puedo entrar? —Preguntaron desde la puerta.

—Es tu casa. —Respondí indiferente al reconocer la voz del señor Jungkook.

Lentamente tomo asiento sobre la cama, tomando la iniciativa me levanté de mi lugar y subí sobre su regazo envolviendo su cuello con mis brazos.

—¡¿Qué crees que haces?! —Jungkook me arrojó sobre la cama sin ninguna delicadeza, indignado levante la mirada encontrándome con su rostro enfurecido, nadie me había rechazado nunca de esta manera.

—Estoy pagando por tus atenciones. —Mi voz tembló por la vergüenza con una mezcla rara de temor y molestia.

—No creo haberte dicho sobre necesitar de tus servicios.—Jungkook se levantó de la cama. —¿Esperas que tu vida sea diferente haciendo lo mismo? Te sugiero que pienses detenidamente que es lo que quieres, porque lo que yo necesito no esta entre tus piernas, así que te pido que respetes tu cuerpo y mi casa. —Sin decir más Jungkook salió de la habitación azotando con fuerza la puerta. 

Change  °KookGi°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora