Manos que vierten sangre.Cautiva en el medio de aquel muy extenso bosque, Shizune yace sentada sobre el húmedo y limoso suelo donde sus manos nerviosas se aferran a la blanda tierra.
Entre la verde arboleda que se extiende por la orilla de un calmo rió, la kunoichi permanece rodeada por sus captores mientras atemorizada espera alguna oportunidad para escapar.
A tan solo unos pasos, un hosco shinobi de agresiva actitud apunta contra ella el amenazante brillo en el filo de su katana. Inquieta, la peli negra se sobresalta un poco al tiempo que el hombre se acerca para levantarla.
Sujetándola del brazo con fuerza excesiva, el shinobi la lastima haciéndola soltar una tenue exclamación de dolor.— Es hora de irnos — Dice el enmascarado quien la mira con desprecio.
Completamente intimidada, la kunoichi no hace más que asentir con la cabeza al tiempo que el acelerado latir de su corazón resuena en su interior.
Un tanto temerosa, ella se mantiene obediente y en absoluto silencio."¿Quienes podrán ser estos hombres?" Se pregunta "¿Tendrán algo que ver con lady Tsunade?"
Observando a su alrededor parece no haber más que hacer, de aparente rango jounin son demasiados y demasiado fuertes para ella.
"Incluso si lograra escabullirme entre ellos no tardarían mucho en alcanzarme" Piensa desalentada.Mientras caminan próximos a adentrarse en el bosque, Shizune dirige su mirada hacia atrás, como esperando por alguien.
— ¡¡Intenta escapar y haré que te arrepientas!! — Advierte con mal humor el hostil shinobi que se posa frente a ella y bruscamente la sujeta del rostro.
Reconociendo el odio en cada una de sus palabras, ella levanta la mirada para encontrarse con los temibles ojos del hombre que se distinguen a través de los huecos en aquella horrible máscara.
Con un leve movimiento de cabeza, el de Prajña le indica que se mueva.— ¡¡Vamos!! — Dice mientras atemorizada la joven titubea.
Con el aliento contenido en su pecho parece no poder reaccionar ante la furiosa mirada de su captor.
Por un breve instante su cuerpo se paraliza al tiempo que de a poco el hombre enmascarado va perdiendo la paciencia.La mano del de Prajña se abre paso hasta el cuello de la kunoichi y cuando parece estar a punto de apretar algo llama su atención.
Por un momento, una extraña sensación flota en la atmósfera y un peculiar sonido obliga a todos a mantenerse quietos.— ¿Aves? — Comenta el shinobi intentando explicar aquel ruido.
Un repentino cosquilleo recorre su espina dorsal...
De pronto...
En solo un instante, un ensordecedor estallido rompe con la tensa calma y de un segundo a otro la sangre salpica el rostro de Shizune.
Sin advertencia, el corazón del hombre frente a ella es violentamente atravesado desde la espalda y la mano de su asesino sobresale de entre su pecho con una corriente eléctrica que a manera de navaja fluye en ella.El agudo crepitar de la electricidad resuena imitando el trisar de mil aves.
Con gran sorpresa, los ojos de la pelinegra se abren al sentir el ferroso sabor que ha dejado la hemoglobina rociada en su rostro y que ha resbalado hasta su boca. Su estomago se revuelve y atrapada entre el miedo causado por la impresión sus manos comienzan a temblar.
— ¡¡Kakash!! — Exclama aquel shinobi con su ultimo aliento mirando de reojo a su asesino para después caer muerto sobre un charco de su propia sangre.
Cuando ven a su camarada morir de tan brutal manera, la mente de los cuatro shinobis restantes se ensombrece y enfurecidos se lanzan en contra de Kakashi decididos a matarlo. Este, sin dudar ni un poco responde con las mismas intenciones asesinas.
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El dolor tras la máscara del shinobi
De TodoEl hokage encomienda a Kakashi la misión de resguardar a Shizune. En su camino no solo se interpondrá prajña, la peligrosa organisacion terrorista del país del bosque sino que también tendrá que lidiar con los sentimientos de la kunoichi.