SINOPSIS
Siempre la gente normal se pregunta, si hay vida después de la muerte.
Pero yo, no soy normal.
No, nenas.
Y por eso, yo me preguntaba.
Si hay vida, después de la vida?
Difícil, de entender?
Las entiendo y siento sus miradas raras.
Pero fáci...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
RODO
Entro como si nada a la oficina de mi amigo.
Ni siquiera me molesto en hacerme anunciar, caminando ligero por el vestíbulo principal del piso 30.
Solo con un.
- Chicas... - Seductor de mis labios y a modo saludo al par de secretarias tras mostrador.
La general y una novata capacitándose de la mano de la veterana, para ser la nueva secretaria personal del jefe de los jefes.
Marcia.
Y sonrío antes el rubor de ambas que me devuelven tímidas el saludo, mientras abro la puerta.
Camino decidido y sin importarme la cara de culo de mi amigo por entrar sin golpear.
Nada nuevo.
Y tomo asiento frente a él y del otro lado de su escritorio, mientras saco de un bolsillo una barrita de chocolate.
Deja de leer unos documentos y se endereza sobre su sillón, reacomodando sus lentes en el puente de su nariz y mirarme.
Para luego, la puerta y volver a mí, que absorto me limito.
Algo nervioso por mi duda existencial.
En abrir el envoltorio del dulce y darle una gran mordida, mientras descansa uno de sus codos en el apoyabrazos y con sus dedos, frota sus labios sin dejar de observarme con su mejor cara de mierda.
¿Es lindo mi amigo, no?
Señala silencioso y con su pluma plateada en mano la puerta.
Su favorita.
Una en plata con ribetes en dorado y negro con las inscripciones de lo que está convirtiéndose su T8P.
Un imperio de acero.
Nueva y que mandó hacer hace poco de la misma Europa, de la mano artesanal junto a otra de oro por un reconocido orfebre joyero.
- ¿Elisa, está afuera? - Me pregunta y nombra a la secretaria de las secretarias.
Porque así, como Hero es el jefe de los jefes según la Commers y mundo mercantil.
Elisa lo es, en el mundo de las secretarias por su agilidad y presteza en este oficio.
Y por ende, del rey de acero.
Cual a punto de jubilarse esa mujer, ya que era antes del propio padre de mi amigo.
Mongomery Vincent Mon.
Ahora le será heredado a la linda rubita que está capacitando.
- Y Marcia... - Aclaro también, dando otra mordida a mi barra de chocolate tirando toda mi espalda al respaldo de mi silla y concentrado, abriendo más el envoltorio para seguir comiendo mi dulce.