CAPITULO 7

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MEL

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MEL

Se puso taciturno.

Más bien, reservado.

No entiendo mucho.

Pero sí, un cambio importante de Rodo después de nuestra vuelta del shopping y las compras.

En realidad.

No dejo de mirarlo una vez que llegamos a su departamento y dejamos las bolsas de compras, en la mesa como sofá.

Un jodido bipolar, mientras busca con desespero algo en un cajón removiendo todo y arruga su ceño al no encontrarlo.

O una cierta melancolía ceñuda y poco tratable vaya a sabe por qué y respondiendo a mis palabras con monosílabos.

Y hasta, como evitando mirarme.

Que duró todo el resto de la tarde.

Lo bueno fue, que en la cena se fue apaciguando mientras preparó una suculenta y abundante pasta que íbamos a disfrutar comiendo en el sillón.

Donde ese raro ambiente más relajado, ya no me intimidó sobre un miedo lleno de dudas colmándome.

Si tal vez y siendo responsable de mí, ahora Rodrigo.

Se estaba arrepintiendo.

Cosa que se disipó totalmente, cuando fui por una botella de agua y dos vasos, porque me llamaba con señas a que vaya a su lado.

Demandando que no pierda mi tiempo.

Y sonrío desde mi rincón, para solo mirarlo por unos segundos sin que se de cuenta.

En este silencio y burbuja de los dos.

Al él.

Sentado contra el sofá y suelo alfombrado de piernas cruzadas, haciéndolo bonito sin demasiado trabajo.

Y mientras utiliza la mesita baja, para apoyar los platos y sin dejar de comer del suyo, buscando algo en la televisión encendida.

Pero eleva sus ojos hasta a mí, de golpe y haciendo lugar en la alfombra para que tome mi lugar junto a él.

Y yo disimulo que me haya atrapado mirándolo, apurando mis pasos hasta donde está.

- Selecciona algo. - Me dice, ya sentada y por comer, ofreciéndome el comando del televisor a la gran pantalla frente nuestro, que es un canal de películas y series.

Miro ambas cosas.

La televisión como al control entre mis manos.

Para luego a él.

- Nunca tuve televisión... – Digo, intentando devolverlo. - ...no sé, que elegir... - Me lo rechaza.

Mastica sus fideos y niega, limpiándose con la servilleta.

Rodo y Mel®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora