MEL
Se puso taciturno.
Más bien, reservado.
No entiendo mucho.
Pero sí, un cambio importante de Rodo después de nuestra vuelta del shopping y las compras.
En realidad.
No dejo de mirarlo una vez que llegamos a su departamento y dejamos las bolsas de compras, en la mesa como sofá.
Un jodido bipolar, mientras busca con desespero algo en un cajón removiendo todo y arruga su ceño al no encontrarlo.
O una cierta melancolía ceñuda y poco tratable vaya a sabe por qué y respondiendo a mis palabras con monosílabos.
Y hasta, como evitando mirarme.
Que duró todo el resto de la tarde.
Lo bueno fue, que en la cena se fue apaciguando mientras preparó una suculenta y abundante pasta que íbamos a disfrutar comiendo en el sillón.
Donde ese raro ambiente más relajado, ya no me intimidó sobre un miedo lleno de dudas colmándome.
Si tal vez y siendo responsable de mí, ahora Rodrigo.
Se estaba arrepintiendo.
Cosa que se disipó totalmente, cuando fui por una botella de agua y dos vasos, porque me llamaba con señas a que vaya a su lado.
Demandando que no pierda mi tiempo.
Y sonrío desde mi rincón, para solo mirarlo por unos segundos sin que se de cuenta.
En este silencio y burbuja de los dos.
Al él.
Sentado contra el sofá y suelo alfombrado de piernas cruzadas, haciéndolo bonito sin demasiado trabajo.
Y mientras utiliza la mesita baja, para apoyar los platos y sin dejar de comer del suyo, buscando algo en la televisión encendida.
Pero eleva sus ojos hasta a mí, de golpe y haciendo lugar en la alfombra para que tome mi lugar junto a él.
Y yo disimulo que me haya atrapado mirándolo, apurando mis pasos hasta donde está.
- Selecciona algo. - Me dice, ya sentada y por comer, ofreciéndome el comando del televisor a la gran pantalla frente nuestro, que es un canal de películas y series.
Miro ambas cosas.
La televisión como al control entre mis manos.
Para luego a él.
- Nunca tuve televisión... – Digo, intentando devolverlo. - ...no sé, que elegir... - Me lo rechaza.
Mastica sus fideos y niega, limpiándose con la servilleta.
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Rodo y Mel®
RomansaSINOPSIS Siempre la gente normal se pregunta, si hay vida después de la muerte. Pero yo, no soy normal. No, nenas. Y por eso, yo me preguntaba. Si hay vida, después de la vida? Difícil, de entender? Las entiendo y siento sus miradas raras. Pero fáci...