Gato malo

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Después de la "cita" con Georgi en la que termine con un tobillo torcido, pase los siguientes días en casa, pedí un permiso en el trabajo y de paso use ese tiempo para pensar en lo que Georgi había dicho, era todo un romántico pero aun así estaba confundida.

-hola Sam- Yuri me saludo en cuanto abrió la puerta -pasa- pensé que quien me podría aconsejar quizá seria mi vecino, después de todo conocí al ruso en una de sus fiestas

-¿Víctor esta en casa?- tome asiento en el sofá y lo mire negar

-salio, dijo que recogería a Makkachin en el aeropuerto- me miro y al ver mi cara de confusión sonrió -Vitya tiene un perro caniche, se llama Makkachin y ha estado unos meses en Japón con mi madre- 

-wow no lo sabía ¿así que ahora Makachin vivirá con ustedes?- tenia la vaga esperanza de que de esa manera los encuentros íntimos de esos dos cesaran un poco

-por un tiempo, parece que se acostumbro a mamá y a mi hermana- sonrió -pero dime Sam ¿pasa algo? ¿Georgi se propaso contigo? si es así, solo dilo y hablaremos con el- ese japones se robo mi corazón.

-no, no, las cosas con el van bien- suspire pues era difícil explicarle a Yuri que ya nos habíamos conocido de esa manera aunque yo no lo recordara

Estaba apunto de decirle a Yuri que la verdadera razón de mi visita era para que me aconsejara que hacer, si estaba bien que fuese yo quien diera el primer paso o debía esperar a que Georgi lo diera antes de decirle que me gustaba mucho aunque solo llevábamos unos días de conocernos, estaba por decirle eso cuando el timbre del departamento sono interrumpiendome, el pelinegro se disculpo para ir a abrir y fue ahí que me encontre en un gran dilema.

-Sam te presento a Otabek Altin- dijo el nipon en cuanto ambos entraron a la sala

-un placer- el tipo de chaqueta de cuero me sonrió sentándose frente a mi y al lado de Yuri

-hola- fue lo único que pude decir pues me encontraba en parecencia del tipo con quien Yuri le era infiel a Víctor, seguro y sabia que el ruso no estaba en casa y venia a pasar un rato con el japones, pero no se lo permitiría

-¿así que el anciano no esta?- dijo Otabek provocando que Yuri le diera un suave golpe en el brazo

-no lo llames así- rió bajo -al menos no dejes que se entere- ambos rieron ante lo que parecía una broma privada

-lo siento, de tanto oírlo se me pega- negó y me miro por un momento para luego volver a centrarse en Yuri -¿tardaran mucho?- 

-una hora, tal vez mas- murmuro acomodando sus gafas -¿tenias prisa?- lo miro y al verlo negar sonrió -bien hice rollos de fresa, les traeré algunos- se levanto dirigiéndose a la cocina

Otabek y yo nos quedamos en la sala mirándonos con desconfianza, algo en su mirada me decía que sabia que lo había descubierto y lo comprobé cuando luego de checar que Yuri no nos escuchaba me susurro acercándose un poco.

-eres la vecina de Yuri ¿cierto?- al verme asentir negó -e imagino que nos escuchaste a Yura  y a mi el otro día ¿no?- volví a asentir conteniendo las ganas de gritarle -eso pensé, Yura no suele ser discreto en esa situación, bien me gustaría pedirte que no lo comentes con Víctor, quisiera seguir vivo un tiempo mas- pero que cinico era

-¿de que hablan?- Yuri llego con una bandeja de panecillos y café 

-solo conocía mejor a Sam- Otabek me miro como advirtiéndome que no dijera nada -tienes una linda vecina Katsudon- el pelinegro rió por el apodo que si no mal recuerdo es un platillo japones

-ni lo pienses, ella esta con Georgi ahora- lo miro apuntándolo con su dedo -nada de presentarle chicos raros -

-hey algunos del club de motocicletas son buenos tipos- tomo una taza de café y bebió  sin dejar de mirar a Yuri

INSOMNIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora