Mi nombre es ______, tengo 16 años, me encanta bailar. Bueno eso lo hacia hasta que mis padres decidieron que me fuera a Inglaterra a una Academia, la verdad es que es interesante esta Academia porque es diferente a las otras... ya que esta oculta m...
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Mire a Jimin, me sentía nerviosa me coloque una venda para que no se viera la marca que tenía. Tenía nervios no sé qué podía llegar a pasar ni se quién es la Bestia. Llevaba tres días alejada de toda la sociedad hasta de mi mejor amigo.
— Tranquila, sigue actuando normal. — Dijo sonriendo Jimin.
— Actuar normal, vale. — Dije suspirando.
Entre al salón y me senté en mi lugar, saque mi libreta y me coloque los audífonos.
Recuerda que no debes acercarte a nadie.
Entonces la Bestia ¿es un hombre o una mujer?
Tonta, es obvio que es un hombre.
Dijo regañándome mi conciencia. Me puse a rayar mi libreta en lo que venía el profesor. Entonces yo debo de alimentar a la Bestia de mi sangre nada más porque lo dijo una estúpida bruja.
Moví la cabeza. — Deja de pensar eso ______. — Dije regañándome a mí misma.
— ¿Por qué estás hablando sola? — Pregunto Ares.
Lo mire sorprendida. — ¿A-a qué hora llegaste? — Pregunte titubeando.
— Tiene cinco minutos que te he estado observando, tus ojos están hinchados ¿No dormiste? — Dijo mirándome fijamente.
— Me desvele un poco. — Conteste nerviosa.
—Oh, cierto, escuché que se suicidó una chica — Dijo en tono bajo.
— Sí, fue demasiado escalofriante. — Conteste.
— Te noto preocupada. — Dijo mirándome detenidamente.
— ¿En serio? Me siento normal. — Conteste nerviosa.
— ¿Quieres hacer algo al rato? — Pregunto tomando mi mano.
—Es que al rato voy a estar ocupada. — Conteste quitando mi mano.
Él frunció el ceño y me miro serio. — Tú...
— ¿Yo que? — Conteste mirando mi libreta.
— ¡Buenos días alumnos! — Dijo entrando el profesor de literatura, al parecer estaba de buen humor. Hicimos actividad del libro, Ares estaba sentado a un lado mío.
Tocó la campana para ir a receso, salí rápidamente del salón y me fui a casillero a dejar unas cosas. De pronto alguien me tomo del brazo, lo mire y era Ares. Lo notaba enojado.
Ares me llevo a los dormitorios de hombres y me llevo a su cuarto. Cerró la puerta con seguro y cerró también sus cortinas.
