Venganza

95 7 1
                                    

Sentía adrenalina por todo mi cuerpo, miraba ese saco de box como a la estúpida ramera que me hizo daño, daba golpes sin parar. Mi respiración era muy rápida, mi cuerpo estaba ardiendo, sentía como las gotas de sudor corrían por mi cara. Llevaba una semana y media entrenando con Gerard, me enseño todos los movimientos que podían hacer los lobos, como podía atacarlos. Aun no me sentía lista, me faltaba entrenar más.

Mis piernas se hicieron fuertes al igual que mis brazos, ya no me sentía tan débil como antes, mi cuerpo ha evolucionado. Necesitaba volver a Seattle lo más pronto posible, los chicos habían sido atacados dentro de su casa. Significaba que faltaba poco para la gran guerra.

 Significaba que faltaba poco para la gran guerra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡Listo podemos parar! — Dijo Gerard.

Lo mire y deje de golpear el saco de box. — ¿Aun soy lenta? — Pregunte agitada.

— No. — Dijo riendo.

— Tengo algo que decirte.

— Dime. — Dijo mirándome serio.

— Soy la elegida de la Bestia y créeme que no es nada bonito estar atravesando por esto.

— ¡Espera! ¡¿Qué?! — Grito sorprendido.

— También estoy involucrada con un linaje de vampiros, los cuales han sido atacados por mi culpa y parte por la gran guerra que va haber entre lobos y vampiros.

— ¿Significa que has visto a la Bestia?

— Sí.

Gerard suspiro. — ¿Por qué no me dijiste nada? — Pregunto en tono serio.

— Porque no ha todo mundo le ando diciendo que soy la elegida. — Dije tomando agua.

— ¿Sabes que esa cosa te ha de estar buscando ahora? — Dijo enojado.

— Él sabe que estoy en Seattle pero no sabe en qué parte.

— Pero él te puede rastrear.

— Eso no lo pensé...— Dije tocándome la frente.

— Trabajaremos duro esta semana y terminaremos.

Gerard estaba muy enojado pero sabía que si se lo decía desde un principio él se podía negar ayudarme como lo está haciendo ahora. Salí de bañarme, Gerard quería que saliera para checar si Ares estaba aquí en Seattle. Me coloque un pantalón negro, una camisa de mezclilla, unos tenis blancos con franjas negras y una chamarra negra. Me seque mi cabello y baje las escaleras, Gerard estaba comiendo un sándwich.

— Bien, me voy. Volveré en la noche. — Dije mirándolo.

— Ten cuidado, que nadie te siga. — Dijo limpiándose la boca con una servilleta.

— Esta bien.

Salí de la casa de Gerard y me fui al centro de Seattle, había ido por un poco de ropa la semana pasada a la casa de mi padre pero fui en la madrugada, cuando todos estaban durmiendo.

Diabolik Lovers (BTS & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora