Magia negra

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Deje caer mi cuerpo en mi cama, mis primas me miraban preocupadas, solo quería relajarme y dormir, ya habían pasado dos semanas y media desde que mi madre estuvo en el hospital, la dieron de alta ayer, ahora mis tías y mi abuela la están cuidando y a mí me mandaron a descansar.

— ¿Quieres comer? — Pregunto mi prima Lía.

— No. — Dije moviendo la cabeza.

— Oye _______ has bajado de peso, ya viste cuanto pesas ahora. — Dijo Susan regañándome.

— Prometo comer al rato, solo quiero dormir por ahora. — Dije acomodándome mi almohada.

— Te vendremos a ver en la noche. — Dijo Lía.

— Sí. — Conteste suspirando.

Sonó mi teléfono, lo saque del bolsillo de mi chamarra, era la mama de Gerard. Por favor que no me diga que me quiere ver porque la verdad estoy muriendo ahora.

—________, hola ¿Cómo estás? — Dijo rápidamente la señora.

— Un poco enferma. — Conteste cerrando mis ojos.

— Tuve un mal presentimiento contigo, si te sientas mal ¿puedes lograr venir a mi casa? Tal vez yo pueda ayudarte. — Dijo preocupada.

— No lo sé, pediré un taxi. — Dije tocando mi frente.

— Si no le pediré a Ares que vaya por ti.

— ¡No señora! Yo iré personalmente. — Dije rápidamente y colgué, pensé que seguiría insistiendo con que me llevara Ares a su casa así que mejor le colgué.

Le marque a Tae pero no me contesto, hoy no quería gastar dinero. Quiero que me lleve alguien, apenas si me pude levantar de la cama. Tome mi teléfono y mire mis contactos.

— Tal vez, estén ocupados no quiero ser una molestia. — Dije desanimada.

Tome mi bolso y guarde mi teléfono, salí de mi habitación y baje las escaleras. Caminaba muy lento, llegue a la salida y me senté en una banca para descansar un poco y no marearme.

— Odio estar enferma. — Dije casi llorando. — ¿Por qué no de una vez me muero, en vez de estar sufriendo? — Dije mirando al cielo.

— Hola amiga. — Dijo una chica.

La mire y me sorprendí mucho. — Ho-hola. — Era la chica con la que estuvo Ares en la cafetería.

— Te vi dos veces hace como dos semanas y media, en la cafetería y también saliste de la casa de mi tía. — Dijo sonriéndome.

— Ah... la verdad yo no te recuerdo, tengo mala memoria. Casi no presto mucha atención a mí alrededor. — Conteste mintiendo.

— Pero, si conoces a Ares ¿verdad? — Dijo mirándome.

— No, no lo conozco. — Dije levantándome con dificultad.

— Que raro, él me dijo en la cafetería que te conocía a ti. — Dijo confundida.

— Bueno nos veremos después. — Dije dejándola atrás.

Mire hacia adelante y ahí venia Ares pero se entretuvo con un amigo ¡Jaja ya estoy jodida! Mi teléfono empezó a sonar, lo saque, era otra vez la mama de Gerard.

— ¿Cuándo dejara de joder esta señora? — Pregunte murmurando. — Prefiero ir con un doctor.

No conteste y volvió a marcar la señora, el sonido del teléfono ultimadamente me molestaba. Mi paciencia se estaba acabando, no conteste otra vez y la señora seguía marcando. Moví la cabeza y me acerque a la fuente y tire mi teléfono.

Diabolik Lovers (BTS & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora