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Llevaban una semana, una sola en manos de los Alemanes o los burros, como muchos locales les llamaban. Semana suficiente para que aquellos extranjeros estuvieran hospedados en las viviendas más lujosas de Allonnes.
Era para los Alemanes una oportunidad para vacacionar, mientras que para el pueblo Francés significaba una forma clandestina de esclavitud.

La derrota del pueblo no se compensaba con "consideración" de parte del enemigo, pero por lo menos les daba una oportunidad de tener una vida condicionada. Si no van al margen impuesto por los Alemanes, pueden morir o ser castigados y...¿existirá algo más humillante que morir en manos del enemigo?
Quizás, para algunas Francesas existe algo peor que eso y ese es el castigo, el precio a pagar con humillación por traicionar a su patria, por enamorarse de un Alemán...

AMOR DE BARBARIE | Segunda Guerra MundialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora