Day 6 - Song

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Aun podía recordar la primera vez que se conocieron, eran demasiado jóvenes e inocentes en ese entonces pero aun así de alguna forma supo que quería estar a su lado desde ese primer momento, aun lo deseaba, aunque ya no deseaba estar a su lado de aquella forma inocente a la que alguna vez llamo amistad; supo lo que era estar realmente vivo después de su primer beso, tal vez Edd no recordara aquel primer beso, se encontraba demasiado ebrio como para recordarlo, ambos tenían dieciséis en ese entonces, recordaba el cabello alborotado cubriendo los ojos de Edd y su sonrisa torcida mientras se paraba de puntillas sosteniendo su rostro, quizás el momento hubiera sido más romántico si hubiera cerrado los ojos y se hubiera atrevido a tomarlo de la cintura y besarlo como en aquellas películas románticas de las que a ambos les gustaba burlarse pero no ocurrió de aquella manera, él permaneció paralizado sin saber dónde colocar sus manos siquiera. –"Creo... creo me gustas Tom" –. Las palabras de Edd fueron un balbuceo inentendible que solo logro comprender mucho tiempo después esa noche mientras se encontraba acurrucado en su cama enfermo de las mariposas en su estómago, paso años arrepintiéndose de no haber hecho algo en aquel entonces, sin duda era un cobarde, fingió que aquel beso jamás había ocurrido después de que Edd le preguntara sobre lo ocurrido en aquella fiesta, sin embargo, desde ese momento se había sentido más vivo que nunca, Edd era quien lo hacia levantarse cada día, sentir que vivir valía la pena y que deseaba continuar a su lado acompañándole en cada una de sus aventuras.

Fue la persona más feliz del mundo cuando finalmente ambos se volvieron pareja, quizás aquello fue lo único bueno que ocurrió en su vida después del incidente que destruyo su casa. Despertar cada mañana y encontrarse con aquel rostro somnoliento que permanecería observando hasta que Edd finalmente despertara, seria cursi, pero adoraba despertar a Edd besándolo bajo la excusa de aquella broma personal de despertar a la princesa con un beso, algunas veces no se levantaría de la cama y harían en amor hasta sentirse agotados.

Pero las cosas ya no eran así, llevaba años sin sentirse vivo, que irónico que la persona que alguna vez le hiciera sentir tan vivo fuera quien lo matara por dentro.

Edd lo odiaba.

Si alguna vez lo había amado ya no existía ningún vestigio de ese amor en su mirada, lo único que era capaz de ver en ella era odio y decepción, ¿por qué no lo odiaría? Él no era más que un traidor.

Miro con cansancio la pila de papeles que se acumulaba sobre su escritorio, a veces todo aquel trabajo de oficina mantenía su mente lo suficientemente distraída para no pensar más en el pasado, pero este no era uno de aquellos días en los que era incapaz de alejar a Edd de sus pensamientos. Miro a su alrededor, su nuevo bajo descansaba en la pared, aun no tenía nombre, no se había molestado en darle uno.

Rasgo las cuerdas, las notas llenaron el lugar al son de su propia tristeza, su voz melancólica salía temblorosa, ¿qué estaba cantando? Ni él mismo estaba muy seguro de eso, las palabras salían por si solas, necesitaba vomitar todos aquellos aberrantes sentimiento que le atormentaba, no podía evitar preguntarse si acaso Edd se sentiría igual, si le extrañaría, si recordaba lo que alguna vez fueron, si le perdonaría y le recibiría con los brazos abierto si alguna vez escapaba o lo mataría antes de que siquiera pudiera decir palabra alguna, no podía evitar cierto estremecimiento de siquiera pesar en aquella segunda opción, Edd ya había intentado matarlo antes y había estado realmente cerca de lograrlo pero jamás se había atrevido a dar el golpe final incluso en más de una ocasión le había arrastrado fuera del peligro para abandonarlo a su suerte después, quizás fueran esos detalles los que le hacían mantener la esperanza de que algún día...

El golpe en la puerta de su oficina le hizo parar en el acto.

Miro al hombre que entro por la puerta cerrándola tras de sí, Tord debía haberlo escuchado o no se habría molestado en tocar a la puerta, se levantó y saludo a su líder con reverencia.

-¿Necesita algo mi Líder? Pudo haberme llamado en vez de tener que molestarse en venir hasta este sitio.

-Estamos solos Tom, deja de actuar como si estuviéramos en público.

Aquellas palabras no hicieron mucho para tranquilizarlo realmente.

-Pensé que esta sería una visita formal.

Tord solo rodo los ojos mientras caminaba al único mueble que ofrecía algo de comodidad en el lugar, un pequeño lujo que Tord le había concebido después de saber todas las horas que pasaba encerrado en aquella oficina.

-¿Qué tocabas?

Su corazón dio un vuelco ante la pregunta, ¿cómo se suponía que contestara aquella pregunta? Como debía explicarle a su amante que tocaba para quien fuera el único amor que había tenido en su vida, que tocaba por el hombre que se supone que ahora era su enemigo y al que se suponía que debía cazar y capturar, para entregarlo a un destino en el que no deseaba pensar.

-No estoy seguro, creo es una canción que escuche en un bar –contesto sentándose al lado del noruego que permaneció callado.

-¿Puedes tocar para mi Tom?

No dudo mucho en levantarse e ir por el bajo, comenzó a tocar alguna canción que sabía que era del agrado de Tord, mientras tanto el noruego se recargaba plácidamente sobre su hombro.

Algunas veces se preguntaba si Tord sospechaba algo, si acaso sospechaba que aquello no era más que un pacto silencioso en el que Tord actuaría como si le amara y él trataría de corresponder a dicho afecto, complaciendo sus caprichos, compartiendo besos y caricias mientras pensaba en alguien más, a veces era difícil continuar con aquella mentira, era difícil tomar el cuerpo de Tord mientras pensaba en Edd y en más de una ocasión había estado tan cerca clamar el nombre del inglés en medio del éxtasis que resultaba aterrador pensar en lo que sucedería si aquel nombre llegar escapar de sus labios.

El sonido del teléfono de Tord en su bolsillo le hizo parar y con molestia Tord se levantó tomando el aparato, no lucia contento con lo que fuera que la persona del otro lado de la línea le comunicaba.

-¿Qué sucede? –pregunto sin estar seguro de querer saber la respuesta.

-Nada –respondió el noruego.

Tord le tomo de la ropa jalándolo con brusquedad, compartieron un beso brusco y descuidado, había una deseo desesperado tras aquel beso una súplica silenciosa que Tom sabía que nunca correspondería.

-Prepárate para partir en un par de horas, tengo una misión para ti y para Matt –anuncio su Líder antes de salir del lugar con paso presuroso.

Tom simplemente se recostó sobre el sofá, sintiéndose agotado.

Tomo aquel collar que ocultaba tan recelosamente, beso el anillo con adoración, como si haciendo aquello pudiera besar a Edd una vez más, imaginando que aquel beso aterrizaría en sus labios y pensaría nuevamente en él, ¿cómo hubiera sido su vida si le hubiera logrado entregar aquel anillo antes?

Volvió a tomar el bajo entre sus manos, seguramente estaría solo hasta que Tord le llamara para su nueva misión.

~*~

Me base en la letra "Cuantos cuentos cuento" de La Oreja de Van Gogh.

No me gusta meter la letra de un canción cuando escribo y la verdad la última vez que escribí un songfic tenía como doce, agh, quería escribir algo fluf y dulce pero las únicas canciones con las que a mí se me ocurre escribir algo son cursis canciones románticas con las cuales ponerme sal a la herida, no me culpen por eso, pedí sugerencia, la verdad es que pensaba escribir esto usando la canción "Historia de un sueño" pero de siquiera pensar en la idea dolía y mucho, mejor me deshice del borrador.

TomEdd Week 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora