Capitulo 2.

341 40 40
                                    

La alarma de Liam sonó mas fuerte de lo habitual o quizás sólo era la jodida resaca que casi lo dejaba ciego ¿Eso siquiera era posible? No sabia, lo único que sabia era que debía levantarse para hacer el intento de llegar al trabajo. Después de que su hermana casi lo asesina; Liam comenzó competencias de bebida con su mejor amigo, aun teniendo 32 años sus mentes eran de adolescente promiscuos, bueno Louis mas que Liam porque al menos este si trabajaba y ha sacado adelante las empresas familiares. Louis era dueño de una fortuna incalculable que su abuelo le había dejado por ser único nieto; invirtió varios millones en la empresa de Liam solo para poner a producir su dinero e incluso tenía una oficina allí, pero este iba una vez cada dos meses.

Una mano golpeó su cabeza con fuerza. Alguien estaba a su lado.

Parpadeó, aclarando su vista para ver a su mejor amigo a su lado, entre dormido y tratando de estar despierto. Ambos todavía tenían puestos los trajes de la noche anterior.

—Louis ¿Que haces en mi cama? —Gruñó Liam, quitando la mano de Louis de su cabeza.

—No lo sé.—Masculló adormecido.—Levantate a trabajar, ya es tarde. —Ordenó acomodándose en la cama de su amigo.

—Deberias ir, tu también tienes acciones allá.—Dijo el castaño, quitandose la ropa para entrar al baño.

—¡Ja! Amo tus chistes mañaneros.

Liam rodó los ojos, Louis no cambiará nunca y sin embargo no le quedaba de otra que quererlo.

Más tarde de una larga ducha y un poco de café que preparó su ama de llaves Ximena, salió de casa encontrándose con su chofer que le esperaba con la puerta del auto abierta.

—Hola Dus, ¿Que tal tu día de ayer? —Preguntó mientras iban en camino a las empresas Paymith.

—Muy bien señor, mis hijos pasaron todo el día sobre mi espalda.

—Uf, suerte que no tengo de esos. No creo que mi espalda aguante tanto.—Bromeó. Tecleando su teléfono.

—Verá que cuando encuentre a la persona correcta, querrá tener hasta 10.—Respondió mirando al castaño por el retrovisor.

Liam sonrió con ironía, no creía en eso de la persona correcta; eran mas cuentos de hadas para niños donde vives para siempre con esa supuesta persona correcta. Todas sus relaciones terminaron en fracasos contundentes así que nadie puede culparlo si no cree en ese cosas. Ya no era ingenuo. Sin ignorar el hecho de que era multimillonario, claro que todos serian esa persona correcta con tal de conseguir dinero, lujos y facilidades.

Llegó al lujoso edificio donde le esperaba un ajetreado día. Su secretaría Elizalde lo esperaba como todos los días en el vestíbulo con su café.

—Hola señor Payne.—Saludó la chica de ojos azules y sonrisa elegante.

—Hola Elizalde. Y ya te he dicho que me llames Liam, ten confianza.

La chica sonrió delicada como siempre.

—Okey. Liam, aquí esta tu café.—Se lo tendió y el castaño lo tomó agradecido.—Tu itinerario: A las 1 tiene una reunión con Patrick Blade; a las 3 Almuerzo con la señorita Cameron; Después de eso tiene dos entrevistas en tu oficina y a las 6 cena con tus padres.

Liam golpeó su cabeza contra las puertas del ascensor, iba a ser un día verdaderamente pesado y el apenas tenia un café en el estómago.

—¿Podrias matarme? —Preguntó, haciendo su carita de cachorro. La chica río viendo lo adorable que su jefe podía llegar a ser.

—No señor.

El ascensor llegó y ambos entraron. Elizalde presionó el botón de su piso correspondiente.

Love Lies. (Ziam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora