Intento

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Era de madrugada, aun el cielo azul oscuro cubría cada rincón de la ciudad de Madrid. José Andrea se despertó en medio de la noche, sus ojos entreabiertos, apenas podía visualizar que tenía frente suyo. Sentándose al borde de su cama, se levantó caminando por toda su habitación se dirigió a la puerta, abriéndola dio camino hasta la cocina. Tomó un vaso de vidrio, llenándolo con el agua de la llave. Aún con sueño, bostezando al término de beber, se percató que ya no se encontraba solo, dejó el vaso en el lavabo, abriendo más los ojos, trató de ver en la oscuridad de la cocina. Percatándose de que algo se movía, se encamino a la puerta de la cocina, apoyándose con la mesa, sus manos tocaron algo muy fuera de lo común. Sorprendido al ver la rosa sobre la mesa, ignoró su objetivo principal.

-Pero... ¿qué es esto? – tomó la rosa con su mano izquierda, ignorando la advertencia de las espinas, se la acomodó tomándola con sus dedos pulgar e índice.

Llevándola lentamente hacia su nariz, percibió aquel aroma que emanaba la rosa, cerró los ojos gozando del delicado aroma suave que su olfato disfrutaba.

Al día siguiente.

Despertando de golpe, miró alrededor de él. Sin duda alguna se encontraba recostado en su cama, estaba en su habitación.

-Creo que fue un sueño- se dijo a si mismo José, pero la curiosidad lo invadió, miro con atención su mano izquierda, con la que había sostenido la rosa-pero que...-notó que ambos dedos estaban rojizos.

Su móvil sonó, distrayéndose de sus pensamientos, tardó varios segundos en reaccionar pero contestó.

-¿Si...?-dijo cómo si ya estuviese despierto un par de horas antes.

-Ah, Hola José, pensé que te despertaría-dijo Txus del otro lado del móvil.

-No, está bien... ¿Qué paso?

-Tengo... un adelanto de la letra...

-¿Queréis que me reúna con los chicos en el estu...?

-¡No!- se apresuró a contestar, interrumpiéndolo- sólo ven tú... sólo quiero que tú la leas...

-Va... vale-dijo inseguro.

Colgó el móvil, se levantó de la cama, dirigiéndose al cuarto de baño, se arregló para ir a ver más tarde a Txus.

Llegando a un parque no muy lejos del departamento de Txus, se encontraba José Andrea sentado, mirando a los niños jugar. No pasaron más de unos cuantos minutos, cuando un hombre de cabello medio largo se sentó a un lado de él.

-No sé qué tan importante sea la canción que sólo quieres que yo la lea...

-Me inspire en ti- confesó Txus remarcando entre sus dedos un folder amarillento.

-¿En mi...?- preguntó confundido, mirando hacia donde estaba Txus.

-Deberíamos buscar otro lugar, aquí ya no es tan confiable.-continuó Txus- Además, creo que pasaremos más tiempo juntos, de ahora en adelante.

-Txus... yo...

-Ven- ignorando lo que José le quería decir, lo tomó del brazo obligándolo a levantarse y seguirlo, comenzaron a caminar, saliendo del parque. Pasaron varias cuadras, dándose cuenta que el objetivo del lugar era un cementerio.

-Ni loco entraré ahí- dijo José tratando de zafarse.

-Ninguna persona escandalosa vendría aquí, sólo quiero tener un poco de paz.

-De acuerdo...

Buscaron una banca de cemento sin tanta tierra, sentándose sobre de ella, Txus le dio el folder a José.

-Léela, y quiero que me digáis que te parece.

Sacando un par de hojas, José empezó a leer lo escrito. Minutos más tarde, suspirando hondo, listo para hablar, guardo las hojas.

-Si tú creéis que está terminada... pues está bien

-¿Qué tipo de respuesta es esa?

-Mira... sé que está mal que os lo vuelva a decir pero... yo sólo canto las canciones, una que otra rola me llega al corazón, pero siempre vienen de ti, nunca nos oponemos a algo que tú creaste.

-Y esta... ¿no te llegó?

-Sinceramente..., no...

-Quiero que tú también la sientas, y os sentáis bien con el trabajo.

-Trataré de ayudaros-dijo ofreciéndole el folder.

-Quédatelo, así puede que me ayudes a corregirla-con tono serio desvió la mirada a lado contrario de donde estaba José.

-No os enojéis, ¿veis porque siempre me reservo mi opinión ante los demás? No sé que tengo, que hago que... siempre salgan mal las cosas.

-Perdona José, –regresó la mirada - pero es que ando estresado, sólo falta una canción y ¿no la puedo escribir? Que patético soy.

-No lo eres... trabajaré mucho para que terminemos la letra- dijo sonriendo

Txus lo miró, esa sonrisa siempre lo motivaba a seguir adelante, no podía contradecir a José y más si éste estaba dispuesto a trabajar de esa manera junto con él.

-Porque... ¿eres así...?-murmuró

-¿Cómo que "así"?- dejó de sonreír, prestándole más atención.

Txus, acercó su rostro al de José, entrecerrando los ojos, estaba dispuesto a besarlo. Pero José notó aquel intento, haciéndose hacia atrás, se paró de la banca.

-¿José...?

-Ah... creo que empezaré a trabajar ahora mismo... entre más rápido terminemos que mejor, ¿no?- sin mirar a Txus se apresuró a salir de allí.

Llegó a su hogar, un enorme silenció le dio la bienvenida, aún seguía sorprendido por la actitud de Txus. Dejando el folder sobre la mesa, se dirigió a su habitación. Se recostó, la escena venía a su mente una y otra vez, cerró los ojos y trató de ya no pensar más en ello.

Horas más tarde, el sonido del móvil interrumpió el sueño de José, contestó semidormido.

-¿Si...?

-¡Hey José!, ¿no estará Txus contigo?-preguntó preocupado Mohamed

-No, ¿por qué?

-Es que no lo encuentro por ningún lado, le quería invitar a salir, para que se desestresara.

-¿Ya le llamaste a los demás?

-Ya, y ninguno lo ha visto. Ya fui a buscarlo a su departamento, al parque, ¡a TODOS lados!

-Pues...-dijo sentándose sobre el borde de la cama, despertando por completo- si queréis os ayudo a buscarlo.

-Sí, gracias tío.

Terminando con la llamada, dejó el móvil sobre su almohada, y la escena del intento de beso regresó a su mente. "¿Por qué lo intentó?" pensó.

...

La Rosa de los Vientos _MägoDeOz_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora