Cap. 7 Esto es raro.

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Los rayos cálidos del sol entraban por la ventana encandilando mis ojos... comencé a tallarlos y los abrí poco a poco. Veía todo borroso, pensé que seguía dormida ya que no podía recordar nada de lo que mi vista poco a poco enfocaba. Cuando ésta volvió a ser normal, traté de sentarme donde estaba acostada para aclarar un poco más mi mente y dejar volar un poco mi imaginación.

Miré a mi alrededor un poco confusa y rascandome la cabeza. Por alguna extraña razón me dolía el cuerpo y parecía que tenía un gran chichón en la cabeza. Seguí mirando a mi alrededor hasta toparme con los ojos rubí, hermosos ojos rubí. *(7u7)*
Me quedé más de diez segundos mirando esos ojos, eran tan jodidamente encantadores que no podías parar de observarlos. De repente volví en mí y miré hacía otra parte... pero, al parecer se dió cuenta.

- Al fín despiertas, Hotaru. Pensé que habías muerto.- Me dijo con insensibilidad.

- Ah... lamento haberme quedado dormida. ¿Sabes que hora es?-

- ¿Eh? ¿Hora?- Me dijo extrañado.

- Ah... No, olvidalo.- Le dije volteando los ojos.

- ¿Quieres comer algo?-

- ¿Va a ser algo envenenado?- Le dije soltando una risita que causó fruncir su ceño.

- Qué graciosa. Al menos veo que estás consciente de que puedo hacer si quiero. Si quieres te mato de una vez, ¿Qué te parece?- Me dijo con una expresión de lujuria en su cara que me hizo poner los pelos de punta.

- ¿De una vez...? O sea que... ¿Ibas a matarme en un tiempo? ¿Queeeeee?- Retrocedo un poco gateando

- Haha, calmate, dramática. Veo que eres algo ingenua y todo te lo tomas muy a pecho. Tranquilizate un poco, respira, asimila tu destino.- Me dijo con con indiferencia.

- ¿Cómo quieres que me tranquilice después de tremendo susto que me diste?-

- Awww, cosita. La asusté. Qué mona.-

- Agh, cállate.-

- Será mejor que tú te calles si no quieres perder el cuello, pequeña. Ya basta de tanta familiaridad, y deja de hablarme como si fuera tu amigo.- Me dijo levantándose del lugar.

- ... Está bien, no volverá a pasar.-

Me levanté con un poco de dificultad, ya que mis huesos me dolían demasiado. El tacto de este maldito brusco quizás sea la razón de esto, pero en fín. El chico de ojos rojizos salió de la cabaña estirandose y actuando como si fuera un día normal por la mañana, después regresó y me hizo una seña con la mano apuntando a la mesa, al parecer, había un par de emparedados.
Caminé como pude hasta la mesa y los observé detenidamente, después lo miré a él con una mirada pícara y él sólo me ignoró, se dió la vuelta y camino de nuevo fuera de la choza.

Arrastré una silla fuera de la mesa para poder estar más cómoda y tomé un emparedado... No era algo bueno, pero moría de hambre y si quería podría verlos como un buen plato de arroz con carne y verduras. Poco a poco fui introduciendo un parte del emparedado en mi boca. Comencé a masticar lentamente con la esperanza de que éste me durara todo lo necesario. Fue tanta mi hambre que me comí los dos emparedados... nunca me pregunté si el chico de ojos rojizos ya habría comido... o incluso, por el hecho de ser un espíritu no comería, no sé, no le pregunté.

Salí de la choza como mis piernas me lo permitieron. El sol estaba muy resplandeciente en el cielo y hacía brillar con gran esplendor las copas de los árboles que lograban darnos un poco de sombra en esos momentos. Todo a mi alrededor parecía tan tranquilo y reconfortable que olvidé por completo que fui raptada por un chico del cual no sé ni su nombre. También había olvidado a Gin...
Podría corren en ese momento si quisiera, pero, no tenía ni la más remota idea de dónde estaba, incluso, no tenía la seguridad del que podría escapar con vida o que escapando no me encontraría con otro patán como éste.

Hotarubi no mori e (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora