Mi padre manejaba el auto rumbo a la universidad, el día estaba nublado, y llovía, además, mi estado de animo, era pésimo. Mi cabeza no hacia mas que recordar y pensar en lo que se había convertido mi vida. De una cosa si estaba segura, estaba mal.
Dos meses atrás, me habían diagnosticado depresión. Y yo siempre lo negaba, pero en lo mas profundo de mi ser, lo acepte. Sabia que era verdad, ¿y como lo sabia? Sentía que mi vida no tenia sentido, que ya no valía la pena estudiar una carrera.
No había algún motivo por el que sentirme bien. Con ganas.
Pero ahí estaba. En la entrada de la universidad, observando a los grupos de personas hablar tan animadamente sin importarles el mojarse con la lluvia. Mi corazón se oprimió, me sentía sola y triste. No quería mas que llorar, sin que nadie me viera.
-¿Segura que puedes ir a casa sola, cariño?- La voz de mi padre hizo que me girara hacia él, desviando la vista de la entrada de la universidad.
-Si-Intente sonreír, pero me salio fatal, y de eso mi padre se dio cuenta.
-Esta bien. No tardes, tu madre es muy especial en cuanto a la hora de la comida.
Eso si me hizo reír.
-Lo intentare- dije antes de salir del auto.
Camine rápidamente entre los estudiantes hasta entrar al edificio en busca de mi primera clase. Por momentos me sentía observada, y eso me ponía nerviosa. Necesitaba un lugar en donde pudiera estar sola.
-Mierda, siempre he pensado que las chicas de primero, son las mas calientes- Intente ignorar el comentario mientras seguía caminando, pero una mano en mi antebrazo me impidió seguir mi camino.
Con dificultad pase saliva y me gire a quien me retenía.
-Sueltame- Pedí en un intento de amabilidad al chico de piel apiñonada y pelo cobrizo. Sus ojos café claros me miraban con atención, luego sonrió arrogante.
-Vaya, debo admitir que eres una chica muy linda y amable.
-Si. Así que, por favor sueltame- Jale de mi brazo en un intento de alejarme, pero apretó mas su agarre.
-Zac. Basta, dejala. Vámonos, no quiero problemas en el primer día- Hablo un chico atrás de él.
-Callate- Fue la respuesta de quien me retenía -¿Como te llamas?
-Eso a ti no te importa.
-Si me importa, ¿como te llamas?- Repitió con un tono de voz rudo y brusco.
Lo menos que quería, era problemas en mi primer día.
-Zac...- El chico que estaba atrás de él, hablo con algo de miedo, confundiendo al tal Zac.
-Joder, ¿Es que acaso no haces algo mas que molestar a las personas?- La voz de alguien nuevo, llamo nuestra atención.
-No te metas, Sulivan.
-Deja a la chica, Zac. No lo volveré a repetir- debía admitir que el tono de su voz me provoco miedo. Sonaba frío.
-Pudrete- Fue la respuesta de Zac antes de soltarme.
Mire como se alejaban los chicos, no sin antes de que Zac me guiñara el ojo de manera perversa. Me dio asco su gesto.
-¿Estas bien?- Ahora su voz sonaba un poco más suave. Me gire hacia el, y no pude mas que sentirme pequeña ante su penetrante mirada.
-Si. Gracias...- Mi voz sonó tan baja, que por un momento creí que no me escucharía, pero lo hizo, provocando que riera.
-De nada- Iba a girarse pero lo detuve del hombro. Apenada por mi gesto, dije lo primero que pensé.
-¿Sabes donde esta la clase de la profesora Cameron?- Me sonrió de una manera tan dulce, que mi corazón comenzó a latir de forma rápida.
-Te llevare solo si me dices tu nombre- me sonrió de manera coqueta, que mis mejillas se sintieron calientes.
-Camile Ruzzo-
-Derek Brown.
-Crei que eras Sulivan- Mi cara mostró confusión.
-Dejemoslo como Brown.
Y así fue como lo conocí.
Fue el principio de agonía
Continuara
ESTÁS LEYENDO
Muy Intenso
Teen Fiction(Anteriormente llamada: Otra vez) Camile Ruzzo tenia un problema. Parecía que el pasado simplemente no quería dejarla ir. El rechazo de sus padres era la prueba de eso. Una actitud fría y déspota que no hacia más que recordarle el resultado de sus...