-Hacía una fría y nublada tarde en California, con un viento que rondaba los 24 km/h expresando que se aproximaba una increíble lluvia en no mucho tiempo, los nueve jóvenes, que ostentaban de sus equipajes y en su mayoría bolsos con lo que llevarían hasta aquel lugar, se encontraban en el porche de la casa de Matt esperando la camioneta en la que comenzaría el viaje con un tiempo de llegada aproximado de ocho o nueve horas.
Todos tenían unas ganas increíbles de partir, por llegar allá, solo soltar sus equipajes y vivir esas tres semanas de forma independiente en un sitio relativamente alejado de la gran ciudad, pero aunque no lo expresaran a los demás había ciertos chicos que tenían cierto miedo o ansiedad en el fondo. Ya estaban pasando por la etapa de cierta madurez, algunos de forma abierta no creían en casi nada de la manera como lo hacían cuando eran niños, pero tan solo pensar en las cosas que rodeaban esa casa y la complejidad que podía haber dentro de ellas, le causaba algo de temor a cualquiera.
Estos nueve chicos eran amigos desde la secundaria, algunos inclusive primaria, habían creado lazos estrechos y se conocían mucho unos a otros, con lo que iba a ser inevitable que no hubiera alguna que otra broma pesada aprovechando el ambiente de aquél lugar al que por un tiempo llamarían hogar.
- ¿No les da miedo pensar en qué puede haber en ese sótano y ático abandonados?- Preguntó Andrew de forma inocente y con intriga para romper el silencio, debido a que Matt y su padre habían inspeccionado toda la casa exceptuando esos dos lugares; el sótano y ático, ya que afirmaron no haber encontrado las llaves en ningún lado.
- Un cadáver -Habría respondido Fernando en forma de burla a Andrew, quien solía ser muy sensible en ese tipo de cosas, y parecía ser uno de los únicos que tenía un miedo que en verdad se notaba mientras conversaban sobre los planes que tenían en esas vacaciones
- Idiota, no lo asustes, el solo quería hacer una pregunta -Respondió Matt también como burla
De los chicos se escucharon risas, de las chicas no, pues ellas no les agradan mucho ese tipo de bromas cuando son hacía Andrew, es como el chico pequeño e inocente del grupo. Apenas unos momentos después se detuvo frente a la casa una camioneta bastante grande de color gris oscurecido, pudieron ver a través de la ventanilla que quien manejaba era un hombre algo viejo de unos 40 años, y claro que era él quien los llevaría.
Cada uno tomó sus equipajes yendo a dirigirse de manera rápida a la camioneta, aquél señor era un supuesto viejo amigo del padre de Matt, por lo que no se preocuparían de más por su apariencia poco confiable. Exceptuando al mismo Matt, quien sin verlo entraría a la casa sin motivo alguno, pidiéndole a Harry, su mejor y más confiable amigo, que se ocupara de llevar su equipaje, a lo que este aceptó sin pensar la razón, solo una corazonada.
Al abrir el capó de la camioneta notaron lo vieja que estaba, no solo esa parte, sino también dentro de la misma se podían ver algunos detalles defectuosos en las puertas que denotaban su vejez, aunque no se diría que estaba en mal estado, simplemente parecía que no la usaban hace mucho tiempo. A lo que todos suben, Edwin le formuló una pregunta al conductor
- ¿Cuánto tardaremos en llegar?
Y este respondió moviendo sus manos y enseñándole de espaldas 9 dedos, lo que todos sobreentenderían por ende, nueve horas. Se les hizo algo curioso que no hablara, aunque eso era lo de menos, en vez de pensar en eso se encontraban haciéndose ideas propias de como sería la cabaña y lo que encontrarían dentro, cosas que habría preparado Matt junto a su padre que la noche de hace dos días estuvieron dentro arreglando la despensa de la cocina, limpiando, organizando los muebles, y una larga lista más de trabajos comunes para asear la gran casa.
Tras todos acomodarse y subir, notaron algo bastante interesante, nada más y nada menos que una pequeña TV dentro de la camioneta. Estaba casi en blanco y negro, los colores eran poco notorios, pero para un viaje largo como este sería algo de lo mejor para entretenerse; al mismo tiempo, ya habían subido todos y estaban más que ansiosos de partir, solo pensaban en irse y llegar de inmediato, pero faltaba alguien
Matt, quien aún estaba dentro de la casa.
Casa de los Dankworth
Estando dentro de la casa el joven de cabello castaño habría escuchado el teléfono sonar, al parecer su corazonada era cierta. Dirigiéndose a través del oscuro pasillo sin tomar la noción del tiempo y que el resto de sus compañeros ya estarían por irse, contestó el teléfono ahí escuchando los crujidos de interferencia telefónica, pero aún con esperanzas de escuchar la voz de una persona comenzó a hablar
- ¿Hola? ¡habla Matt Dankworth! ¿Holaa? -pero no tuvo respuesta alguna, después de mencionar su nombre quien sea que estuviese detrás del teléfono habría colgado.
El joven empezó a tener miedo de repente, comenzaría a sentir una sensación extraña dentro de sí mismo, como cuando quieres hablar pero las palabras no salen o cuando tus ojos se quieren cerrar e intentas evitarlo. Comenzó a sentirse mareado, cuando supo que algo estaba mal, comenzó a devolverse al pensar que quizás había escuchado el teléfono en su mente y estaba algo enfermo, incluso pudo ser tan simple como que se mareó mientras observaba la carretera, pero veía algo más complejo detrás de eso.
Llegando a la puerta escuchó el sonido de que algo crujió en la cocina, a lo que con algo de pavor se apuraba intentando abrir la manilla de la puerta principal, sus manos se resbalaban porque de un momento estaban demasiado sudadas, había pasado unos minutos ahí dentro aunque no se dio cuenta, con una repentina hipertensión notoria dentro de si mismo por no poder salir, parecía que iba a desmayarse.
- Matthew, Matthew
Harry, su amigo, estaba moviendo su cuerpo con frecuencia para intentar despertarlo, al parecer se había desmayado, o eso pensó a primera vista.
- ¿Qué? -no entendía el castaño lo que le pasó, aun con el frío que caía en la ciudad él estaba ahí, en medio del porche a un lado de la puerta de su casa, sudando sin sentido alguno, al parecer había sido un sueño
Terminó por ayudarlo a caminar hasta dentro de la camioneta, donde todos estarían aliviados de que no hubiera sido algo grave, aunque desconocían de si su compañero poseía alguna enfermedad cardíaca... y no era el caso. Los motores de la camioneta se prepararían, a punto de arrancar, mientras Fernando observaba a través de la ventanilla ahora cerrada
A través del vidrio en la ventana, pudo observar que había un maniquí hecho con madera de pino saludando con su mano desgastada justo al punto desde donde miraba él, concentrando ahí la vista de dos ojos saltones de plástico color miel que tenía pegados a la cabeza, con una sonrisa tallada exageradamente larga que dirigía hacía la camioneta y que solo dejo de ver cuando la camioneta arrancó y perdió de vista la casa de su amigo Matthew.
- Pero qué mierd...
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La Cabaña de Blackpine
Mystery / Thriller2014-- La Cabaña, ubicada en el bosque público Blackpine; lleva abandonada ya casi treinta años, las personas que habitaban dentro de ella fueron vistas por última vez en 1985, cuando se retiraron de ahí y se presume que de todo el estado de Califor...