| Capítulo 2: Enigma. |

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    Es medio día, el clima es sumamente caluroso. Han pasado veintitrés días desde que el joven Aldair llegó como invitado al reino de Dark Light, quien parece no sentir molestia alguna ante la presencia del chico. Al contrario, desde que el castaño llegó, no ha sido más que completa ayuda para la reina. Aldair lo considera como una paga por haberlo salvado, al igual que por su hospitalidad, comida y entrenamiento. Ésto último refiriéndose a los ejercicios que Dark Light se propone a realizar con todos los miembros de sus tierras—los cuáles no son muchos—preparándolos para posibles tragedias y volviéndoles más fuertes tanto física como mentalmente, en un anhelo de volverlos seres más equilibrados.

Por el momento todos se encuentran descansando luego de su entrenamiento, tendidos en el suelo respirando la suave brisa que llega desde el bosque hasta sus pulmones, el cuál les ayuda a relajarse en un santiamén.

— Me siento incómoda... — Dice Dark Light con tono un poco irritado al tiempo que frunce el ceño. — Estoy sudada y siento como si mi ropa se estuviera pegando a mi piel...

— Yo siento que me voy a derretir en cualquier segundo. — Continúa Emma, quien yace a no más de dos metros de la reina. — Pero tengo pereza de moverme para tomar un baño. — La peliazul voltea hacia donde Anastasia, quien parece haber quedado completamente dormida a un lado suyo. — ¿Debería despertarla para que se duche también?

— No, — Responde Dark Light sonriendo al ver a la de cabello púrpura disfrutando de su siesta. — Déjale que descanse un poco más.

— El entrenamiento de hoy estuvo un poco más pesado que el de ayer, ¿se debe a algo en particular? — Continúa una chica de aspecto un poco infantil con una voz melosa y un tanto tierna, quien se encuentra acostada en el suelo también. Su vestimenta consta de una túnica larga blanca con adornos azul rey, dicha túnica cubre casi todo su cuerpo y ella no parece ser muy alta, lo cuál le hace tener ese aspecto de niña. Lleva unas zapatillas cafés, su cabello es corto y de color marrón, siendo adornada por una pequeña tiara con esmeraldas incrustadas en ella, sus ojos son de un verde amarillento y su piel es pálida.

— No, Winona. — Contesta la fémina de cabellos blancuzcos sin hesitar. — Sólo me sentía algo frustrada y los quería poner a hacer cosas para sacarlo...

El resto no puede evitar sentir algo de incomodidad ante la respuesta dada por Dark Light, así que la miran por algunos segundos sumamente confundidos, mientras ella suelta un largo suspiro para después ponerse de pie.

— ¿Irás a la cascada? — Prosigue Winona.

— Sí, mi ropa se siente pegajosa... — Responde la de ojos bicolor al ponerse de pie y tomar su playera oscura con su mano derecha y estirarla en un intento de despegarla de su pecho por culpa del sudor que de a poco se seca. — Se siente asqueroso... — Acto seguido, Dark Light toma camino hacia dentro de un área del bosque el cual no luce tan oscuro sólo para perderse de vista en cuestión de segundos...

Por lo tanto, el resto se queda atrás, aún tomando un respiro, descansando.

— ¿Cuánto tiempo tienen de conocerse? Con la reina, me refiero... — Pregunta Aldair a Winona con curiosidad, estando el castaño tendido a un lado de la chica.

— No recuerdo con exactitud... ¿Tal vez tres años? Era la más nueva aquí hasta que llegaste, Aldair. — Le voltea a ver junto con una pequeña sonrisa.

— Ohh, ya veo... — El ojos miel queda en silencio por algunos segundos, contemplando las nubes que se forman en diferentes siluetas en el cielo. Luego de hacer pequeños cálculos, no puede pasar algo por alto que lo inquieta por un instante. — ¿Emma, cuánto tiempo llevas viviendo aquí?

— Seis años. — Responde la peliazul de inmediato, pero sin abrir sus ojos a causa del entrenamiento que la ha agotado y comienza a sentirse somnolienta.

— ¿Y quiénes fueron los primeros en llegar aquí? — Interroga el chico  de nuevo, sentándose y dirigiendo su cuerpo en cierta posición que le permite ver mejor a sus compañeras.

— Anastasia fue la primera junto con Thora. — Responde Emma sin problemas. — Ellas tienen cerca de ocho años viviendo aquí junto con Dark Light.

— Entonces... — Aldair se queda en silencio por otro instante, pensando seriamente. — ¿Qué edad tiene Dark Light? Yo tengo 22 años y ella luce aproximadamente de mi edad, si no es que un par de años más grande. Pero... Cuando recién le conocí, el día que me salvó de aquellas bestias, me dijo que ella estaba a cargo de éstas tierras desde antes que yo naciera...

El grupo de jóvenes queda en silencio, como analizando cada palabra que el joven de cabello castaño acaba de soltar.

— Ojalá pudiéramos ayudarte con eso... — Rompe el silencio Anastasia, quien parece a penas comienza a despertar de su siesta. — Ninguna de nosotras sabemos qué edad tiene en verdad. — La mujer de cabello púrpura estira ligeramente sus brazos para luego sentarse en su mismo lugar al bostezar. — Cuando llegamos aquí, ella lucía casi igual a como luce ahora, muy poco ha cambiado, hablando físicamente. Su cabello creció más y se volvió más fuerte, eso es todo el cambio que he visto...

En el momento que Aldair escucha tal cosa, puede sentir cómo su mente se inmiscuye en cientos de ideas del porqué la reina ha envejecido tan poco en un lapso de ocho años. Pero antes de poder sacar ''teorías'' con su viva imaginación, es distraído por Anastasia quien se levanta, sacude su ropaje y camina en dirección al mismo rumbo que la reina tomó dentro del bosque sin decir ni una sola palabra.

— Deberíamos irnos también, — Continúa Thora, una mujer un poco alta, morena con bellos lunares que le adornan casi toda la piel, cabello largo rojizo amarrado en una coleta alta y orejas ligeramente alargadas. Su vestimenta consiste de un vestido abierto de la parte frontal en un tono oscuro con tonos dorados, botas negras largas arriba de la rodilla, piezas de armadura en sus brazos, hombros y sobre el pecho. Lo que le caracteriza más son sus ojos: el izquierdo es un azul celeste, mientras que el derecho es blancuzco con ligeras marcas oscuras que pintan su rostro alrededor de dicha orbe. — pronto va a oscurecer y ya llega la hora de la cena. — Acto seguido, la joven se pone de pie y se encamina hacia el castillo, siendo seguida poco después por Winona, quedándose el joven Aldair solo en el suelo... Pensativo...

Con un paso lento pero seguro, la reina se toma su tiempo en dirigirse a un lugar que ni ella sabe si es seguro de acercarse. Mas lo hace de todas maneras.

Al cabo de unos minutos se detiene frente a una cueva angosta en un área del bosque donde no llega mucha luz. Dark Light, estando quieta y en silencio, mira en su interior desde la distancia como esperando que algo suceda, pero entre más pasa el tiempo la luz del sol se vuelve más tenue y sólo el eco de animales nocturnos resuenan en el interior de dicha cueva. Ésto le deja un sentimiento leve de vacío en el pecho al tiempo que frunce ligeramente el ceño...

— Aquí estás... — Suena una voz familiar a sus espaldas que le hace bajar de su nube de pensamientos de inmediato. Al voltear puede ver a Anastasia, quien parece ha llegado de una ducha en la cascada cercana por su cabello algo húmedo. — Deberías ir a ducharte y dormir, si te quedas en esa ropa durante la noche te puedes enfermar. — Dice gélidamente, preocupándose por su amiga.

— Es muy difícil que yo me enferme... — Contesta la reina en un tono monótono.

— Mas no es imposible... — Contesta con una pequeña sonrisa para luego acercarse hasta quedar a menos de dos metros de Dark Light. — Ya deberías dejar de venir por aquí, no es bueno para ti ¿sabes?

— Lo sé... — Contesta la fémina de cabellos blancuzcos al voltear su mirada hacia el suelo. — Pero tal vez pueda-

— No, no puedes. — Corta de inmediato la oración de la mujer con un tono frío pero reflejando honestidad. — ¿Por cuánto tiempo te has estado dedicando a venir por aquí casi todos los días para ver si llega a pasar algo más que estando tú sola por horas frente a esa condenada cueva? Pensé habías dejado esa tonta idea hace tiempo... Nada va a pasar, Dark Light. Date por vencida de una vez.

Tales palabras le penetran como cuchillo en el corazón, sin embargo tiene muy en cuenta que puede ella tenga toda la razón...

Sin decir ni una sola palabra, Anastasia se retira del lugar, no sin antes hacer una pequeña reverencia con la cabeza en despedida por la noche, mientras que la reina se queda en su sitio al verla partir. El vacío dentro es casi incontenible, el nudo en su garganta le impide tragar saliva o respirar profundamente para llenar su pecho de aire fresco. Dark Light voltea nuevamente hacia la cueva, le es un poco más difícil ver ahora que el sol se ha escondido en el horizonte. Se queda callada así por un par de minutos más, sólo el canto de algunas aves y el viento golpeando las ramas de los árboles son los que rompen el silencio.

''Es inútil...'' Piensa en sus adentros dejándolo expresar con una mirada apagada que dirige hacia el suelo al tiempo que aprieta sus puños con un punzar que ataca su pecho ligeramente... Con ésto, la fémina se retira en dirección a la cascada más cercana para tomar una ducha rápida.

Sin embargo, un ruido tenue proveniente de la cueva le interrumpe de golpe el paso. Dark Light voltea de inmediato con un brillo vivaz en su mirar. Un par de orbes totalmente rojas se dejan ver de muy dentro de la cueva; Dark Light, al verlas, no puede evitar sonreír un poco mientras siente aquella angustia que se había generado en su pecho desvanecerse.

— Ha pasado tanto tiempo... — Dice la reina en calma y aliviada. — ¿Por qué no nos has visitado? ¿Qué te ha pasado? — Pregunta curiosa al caminar despacio de nuevo a la entrada de la cueva, pero es detenida en seco por una sensación de peligro que le inquieta. — Está bien, — Continúa al posicionar sus manos frente a ella dando a entender que detendrá su caminar. — lo siento. No pensé te fuera a molestar... — Dark Light se queda quieta y en silencio por unos segundos, con el paso del tiempo, poco a poco esa aura de inquietud y oscuridad va disminuyendo. Al sentirlo, la mujer sonríe nuevamente y baja sus manos dando un profundo suspiro. — Buenas noches. — A continuación, la reina hace una pequeña reverencia para luego dirigirse de nuevo en dirección a la cascada.

Mientras la figura de Dark Light desaparece entre los árboles, aquél ''ser'' dentro de la cueva sólo la observa, entrecerrando sus ojos en una manera fría y atemorizante, una vez que ella no se logra ver más es cuando aquellas orbes rojizas desaparecen también, fusionándose con la oscuridad de la cueva para no ser vistas de nuevo...

Han pasado unas tres horas desde que la reina regresó a su castillo luego de su ducha en la cascada para luego disponerse a dormir. Ahora ella se encuentra acostada en su cama, no tiene mucho tiempo desde que cayó en los brazos de Morfeo, pero hay algo que no luce bien... Dark Light suda mucho, en ocasiones su respirar en muy agitado y mueve constantemente su cabeza como queriendo escapar de sea lo sea le atormenta en sus sueños.

De pronto, la mujer de cabellos blancuzcos se despierta sentándose de golpe y sus ojos muy abiertos. Mira cómo sus manos tiemblan ligeramente y cómo un ardor las invade. Su cabeza le da vueltas por algunos segundos luego de haber despertado tan abruptamente. Ya habiéndose calmado, Dark Light se revisa el cuerpo el cuál ahora se encuentra completamente sudado, se frota sus brazos los cuáles están completamente vendados, luego mira con cierta irritación su traje de dormir--que consiste de un vestido largo tan blanco como la nieve--, está empapado en sudor...

Se queja con disgusto. — No pienso irme a duchar de nuevo... — Dice antes de levantarse y caminar en dirección a su gran ventada que se encuentra justo a un lado de su cama. Dark Light abre la ventana y sale al pequeño balcón para poder refrescarse al igual que calmar sus nervios. Sus manos aún le tiemblan, como si aquél sueño le hubiera agotado...

Para desgracia de ella, ha estado sufriendo de un sueño constante que le lleva siguiendo desde hace varios meses. No lo sueña a diario, sin embargo es tan repetitivo que ha llegado al punto de irritarle bastante ya que gracias a ese extraño sueño no descansa en lo absoluto...

El hecho de no recordar mucho es otra razón de su disgusto ante tales pesadillas... Lo único que logra retener de ello es una horrible bestia que la persigue e intenta devorarla. Tal criatura grita su nombre con amargura, dolor y frustración mientras intenta atraparla, pero justo antes de que pueda poner sus manos encima de Dark Light es cuando despierta, y siempre es igual: cansada, temblando, confundida y con su cuerpo cubierto en frío sudor.

La reina sostiene con fuerza el barandal al tiempo que mira las estrellas, respira profundamente y deja que la brisa de la noche refresque su cuerpo. Dark Light cierra sus ojos lentamente para después posar sus codos en la baranda y sostener su cabeza por su frente con sus manos. Se queda por unos momentos así, pensando... Trata de buscar muy dentro de sí la respuesta del porqué lleva soñando aquello por tanto tiempo, intenta saber qué lo ocasionó, por qué y cuándo fue la primera vez que lo soñó. Sin embargo, entre más excava en su cabeza por respuestas, desgraciadamente queda con más preguntas que la confunden peor de lo que estaba previamente...

Al cabo de unos minutos, luego de haberse refrescado y calmado un poco, la reina regresa dentro de su cama para volver a dormir. A pesar de tener aún todo aquello en su cabeza, siente su cuerpo pesado al igual que sus párpados, así que no tarda mucho en volver a caer en el reino de Morfeo. Aunque ésta vez espera pueda dormir bien y como se debe...

   ''Todavía hay muchas cosas por hacer...''

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