6: We all have darkness

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Tabitha pasó una semana en la clínica, con visitas de Daniel día por medio. El resto del tiempo, se dedicaba a divagar sobre cosas estúpidas o a hacer cosas estúpidas.

Y eran en esos ratos de soledad cuando Tabitha se decía que necesitaba una amiga, una chica. Alguien con quién criticar a espaldas de otras y hablar de ropa o lo que sea que hicieran las chicas, porque, créanlo o no, Tabitha nunca había tenido una amiga.

Recordaba muy bien su primera experiencia...

"Una Tabitha de cinco años estrujaba con nerviosismo la bolsa plástica donde su madre había metido un sándwich, mientras caminaba hacia el patio, que estaba dividido en una gran extensión de césped y un pequeño camino de tierra y piedras que bordeaba diferentes accesos al colegio.

En el camino de tierra, tres niñas estaban sentadas en un ínfimo trozo de cemento, con los pies en la tierra y pataleando fuertemente, haciendo un montoncito de tierra en sus pies.

- Hola- saludó Tabitha, tratando de sonreír.

- Hola- respondieron las niñas, observándola.

-¿Quieres hacer chocolate con nosotras?- preguntó una niña de piel morena, señalando el montón de tierra.

-Claro- respondió Tabitha, sonriente. Se ubicó al lado de las niñas y frotó sus pies en la tierra, haciendo que saliera tierra de un color marrón al que las niñas llamaban chocolate.

Entonces, Tabitha vio un destello rosa pálido en la tierra. Emocionada, metió la mano y sacó un simpático gusano. Feliz, se dio vuelta.

-¡Miren lo que encontré!- chilló a sus amigas, con el gusano en la mano.

Las tres niñas gritaron, golpearon a Tabitha para que soltara el gusano y luego salieron corriendo y llorando donde la profesora.

La mujer entendió una historia completamente diferente a la original; que Tabitha había querido arrojarles el gusano a las tres niñas.

Y la castigó sin dejarla salir en el segundo recreo. "

Después de eso, ninguna niña quiso juntarse con Tabitha, aunque si algunos niños jugaban con ella de vez en cuanto.

Y ahora, lo que más deseaba Tabitha era una amiga.

No es que Daniel no sea un buen amigo, pero bueno, él es un chico y los chicos piensan con el pene.

Nota mental:

Al volver al colegio, encontrar una amiga.

*****

Fin de mes. Vuelta a clases.

Tabitha preparó su uniforme decentemente, y se tiñó el cabello de un verde que pensó sus compañeros encontrarían normal. Se hizo una trenza, se pintó los labios con rosa y tapó sus pecas con base.

Se veía muy bien arreglada, y obviamente todos querrían trabar amistad con ella por ser tan sexy.

Sonriente, subió al auto de su madre para ir a clases.

-Algo te hiciste- indicó Daniel cuando la chica llegó.

Esta rodó los ojos, incrédula.

"¡Como que antes tenía el pelo azul y ahora verde, tarado!"

-Creo que tiene que ver con tu pelo- continuó, recorriendo a Tabitha con la mirada. Cuando esta le hizo una Poker Face ejemplar, Daniel soltó una risotada.

-Si lo noté, tonta. Es obvio que tu pelo cambia de color porque eres mitad unicornio.

-Deja de decir estupideces y vamos a clases- la ahora peliverde y el chico caminaron hasta Química, la materia siguiente.

Chica de azúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora