Microrelato 2: Abre una página...

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Con todo el caos nos habíamos olvidado de él, de el pequeño niño.

Habíamos dejado a nuestro hijo de 5 años en un supermercado. Mi esposo se estaba dando de goles contra la pared con la cabeza.

Yo reía histéricamente, pero ninguno de los dos hacíamos nada por recuperarlo, en nuestra defensa, no era nuestra culpa que un par de chicos payasos hubieran entrado con pistolas de juguete (que por cierto se veían muy reales) a asaltar el supermercado.

Todo por culpa de un reto. Pero toda la gente se lo creyó.

Hice lo que hacía siempre que tenía un problema, llamar a mis padres. Lo admitía, tenía 27 años y aún recurría a mis padres.

Al tercer tono contestó mi padre con voz cansada.

-¿Bueno?

-Hola, pa.

-¿Qué es tan importante para despertarme en mi siesta de mediodía?

-Pues... ¿quieres la larga historia o la corta?

-Megan... ve al punto-. Me exigió.

-Olvidamos a nuestro hijo en el supermercado, pero por accidente.

-¡Rosie... Meg olvido a Charlie en Walmart!-. Gritó mi papá dirigiéndose a mi madre.

-Voy para allá, solo terminó este bordado.

-Pa, dile a Ma, que es urgente.

-¡Rosie!

-¡¿Qué quieres?!-. Explotó mi mamá enfadada.

-¡Que vengas!-. Le contestó, también a gritos mi padre.

-Está bien-. Casi me imaginaba los ojos en blanco de mamá.

-¿Pasa algo, linda?-. Preguntó mamá al teléfono.

-Quizás... olvide a Charlie en el supermercado.

-Voy para allá-. Bufó mi madre fastidiada.

10 minutos más tarde, manejaba mi camioneta, con mi madre en el asiento del copiloto.

Estacioné delante de la tienda. Y mi madre bajo medio corriendo, medio saltando.

-¡¿Charlie?!-. Grité al entrar.

Y, entonces la alarma de mi camioneta comenzó a sonar, salí corriendo como pude, gracias a los tacones.

Abrí la camioneta y...

Encontré a mi hijo sentado en el asiento trasero, estaba durmiendo.

-¿Charlie?-. Lo llamé. El entreabrió los ojos, sonriente.

-¿Mamá, por qué me dejaste en el auto, después del robo?-. Preguntó, triste y confundido.

-Lo siento, cielo, vámonos de aquí-. Dije mientras arrancaba la camioneta.

Cuando entramos al fraccionamiento, Charlie dijo:

-Mami, creo que olvidamos a la abuela en el estacionamiento.

Retos de escrituraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora