Capítulo 03; "Tarde"

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POV; Normal.

          Nada era como lo habían pensado.
¡Les prometieron un gran futuro lleno de posibilidades!
Ahora era muy tarde para darse cuenta de que no era así. Así mismo, era tarde como para decidir que debían retractarse.

Ellos y los demás ex-ciudadanos del reino de Klero les dieron su absoluta confianza.

Ahora sólo recibían un golpe tras su espalda que los hacía caer lo más bajo posible.  Que los hacían sentir como viles animales siendo domesticados.

“Es asqueroso.”

Tras terminar de cambiarse a aquellos sucios uniformes que les habían sido asignados, Nagisa y sus compañeros de viaje notaron algo muy particular en el suelo donde se hallaban.

A decir verdad, todo lo que se hallaba bajo sus pies era tierra, con un muy mal olor brotando a la superficie.

—Chicos, hay un cuarto uniforme.— Isogai, aún sabiendo que aquello era más que claro, señaló el uniforme gris sobrante.

Pero no lo entendían, sólo eran ellos tres, entonces, ¿Por qué había un uniforme de más?

—De seguro falta alguien.— Tras contestar, Okuda tomó la mano de Isogai y se aferró a ella. Se notaba a leguas el nervio que cargaba consigo.

Los tres, decidiendo ignorar aquella particular curiosidad un tanto fuera de lugar, siguieron arreglando aquellos harapos que llevaban puestos.

El uniforme de Nagisa era bastante grande, las cortas mangas eran demasiado anchas, sin embargo, el short con el que también contaba, le quedaba perfecto.

A Okuda le pasaba lo mismo.

Pero Isogai, no pudo contar con la misma suerte lamentablemente.
Aquel uniforme gris le quedaba ajustado en exceso.

Retocando los últimos toques para intentar acomodarse, unos agudos gritos resonaron desde afuera del establo. Los cuales, llamaron la atención de los tres jóvenes.

—¡¿Qué no le dije que me soltará?! ¡Sólo quiero mis cosas, maldición! ¡¿Tenía idea usted de que es un jodido viejo gordo horrible?!— Ninguno de los tres chicos tuvieron la objeción de que por una u otra razón, no pudieran escuchar aquellos gritos con claridad. Pues parecían dirigirse a donde ellos se hallaban. —. ¡Quiero mi ropa! ¡No pienso ceder hasta tener mis preciadas cosas de nuevo conmigo!

La gran puerta rechinante de madera se abrió. Entonces, mostró a la joven chica de cabellos rubios que había sido ayudada por Okuda cuando aún se encontraban en el viaje.

—Joder, maldita mocosa, ¡Callate de una buena vez!— Siendo, literalmente, arrojada a la tierra que actuaba como suelo, la puerta se volvió a cerrar por la fuerza dejando a la joven adentro.

El guardia que la llevaba a rastras finalmente pudo respirar en paz.

—¡¿Qué?! ¡No! ¡Mis cosas! ¡Mi equipaje! ¡Quiero mi equipaje!— Realizando un molestó berrinche bajo las atentas miradas del peliazul y de sus acompañantes sin que si quiera lo notará, golpeó la puerta un par de veces sin obtener respuesta. —. ¡Ah! ¡Mierda!

Dejándose caer, —Está vez sentada en el podrido suelo.— Nakamura desvío su mirada por el lugar.

Finalmente notó a los tres chicos que se hallaban mirándola un poco extrañados debido a su comportamiento.

Mi amado rey.© [Ansatsu Kyoushitsu]. EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora