Llegue a mi casa llorando, me mataba el dolor de cabeza, me mataba el amor, me mataba tu presencia, ya no podía con esto, necesitaba de una o otra manera decirte que te amo.
Solo que ha veces es mejor decir adiós, te mire y mis ojos se llenaron de lágrimas, tu me miraste y yo me volteó a el instante, no quería que me vieras así. te mirabas tan feliz y sin duda alguna verte feliz es lo más hermoso que me podría pasar, pasaron las horas y comenzó a matarme el dolor de cabeza, ya no podía soportarlo y comencé a llorar, mirarte y no hablarte era lo más doloroso que me pudo haber pasado. Mi hermanito me miro y me abrazo y solo logro que comenzara a llorar más, el tiempo paso muy lento y mi desesperación creció más yo no podía seguir ahí, el coraje y la angustia se apoderaba de mi, me salí de el salón y mi amiga fue tras mi, me dirigí a el baño y me metí a uno de los cubículos y comencé a llorar, mis lágrimas bajaban por mis mejillas sonrojadas mientras se desvanecían con el aire, mi amiga llego y me dijo "solo deja que pase el tiempo" para luego depositar un pequeño beso en mi frente, limpie mis lágrimas y forme una falsa e hipócrita sonrisa en mi rostro, salimos de el baño y me dirigí a el salón por mis cosas, todos estaban ahí, yo camine hacia mi asiento y tome mi mochila y en ese preciso instante sonó la campana para ir a sus casas, fui la primera en salir, llegue a mi casa y mi madre estaba ahí, tome mi almohada y dormí un buen rato, desperté y tome mi celular mire la hora y era la 1:30 am, me senté en mi cama y mis lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, tome mi teléfono y comencé a escribir un mensaje para ti, dure horas escribiendo y termine pero aun faltaba enviarlo lo cual no hice no pude, no quise, no era fácil enviarlo, hací que sólo lo borre.
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