Tómate cuatro minutos para contarle a tu compañero la historia de tu vida con todo el detalle posible.
—¿Me tomarás el tiempo? —cuestiona Chris cuando Rose termina de leer la indicación.
—Aquí dice que 4 minutos, así que sí lo haré —afirma la chica.
Chris sonríe y se toma un minuto para planear más o menos lo que dirá.
—La historia de mi vida la puedes encontrar en internet —murmura él con una pequeña sonrisa.
—¿Propones leer la información de Wikipedia en 4 minutos? —le cuestiona Rose con una sonrisa burlona.
—No es lo que propongo, exactamente —le dice él —, pero puedo contarte cosas que nadie más sabe y que claro está, no las encuentras en Wikipedia.
—¿Cómo sabes que no venderé tus más oscuros secretos? —le pregunta la chica.
—Porque estoy confiando en ti —responde el castaño con simpleza.
Rose sonríe un tanto enternecida, y otro tanto emocionada, la sinceridad de Chris al decir aquellas palabras la han sorprendido, pero al mismo tiempo, halagado.
—Bien, corre tiempo... Nací el 13 de junio de 1981 en Sudbury, Massachusetts, cuando iba a nacer, mis padres pensaron que tendrían otra hija, pero un par de meses antes se enteraron de que sería niño y tuvieron que regalar todo lo que habían guardado de Carly, mi hermana mayor. Aprendí a caminar antes que hablar; mi mamá dice que era un niño muy hiperactivo, así que, para disminuir esas actitudes, me incorporé a su grupo de tap, así que sí, sé bailar tap. Cuando nació mi hermano Scott fui el niño más feliz del mundo porque tendría un hermano menor a quien cuidar.
Chris toma un suspiro y continúa, mientras la chica lo observa con atención.
—Odiaba ir a la escuela, los primeros años en ella fueron difíciles, ya sabes, por todas las reglas y eso, no era lo mío. Por un momento, en mi infancia deseé ser dentista, como mi padre; luego me inmiscuí más en el trabajo de mi madre y comenzó a llamarme la atención la actuación, aunque nunca como un trabajo de tiempo completo, como lo es ahora. A pesar de la popularidad que tengo actualmente, en mi adolescencia no lo era tanto, era alguien del montón. Mientras cursaba el último año de la escuela, antes de ir a la universidad, estuve seguro de aplicar para artes, ya sabes, ser pintor, pero, luego hice unas pasantías y todo cambió, comencé a actuar. Al principio fue muy difícil, es decir, no eres nadie y como joven te quieres comer el mundo en un bocado, no tomas en cuenta que iniciarás desde abajo. Pero lo que aprendí durante ese tiempo es, que todo sacrificio conlleva una recompensa y ahora, al ver todo lo que he alcanzado, sé que lo pasé valió la pena —concluye y el cronómetro suena.
—Necesito una segunda parte de esa historia —dice Rose —, me faltó información —murmura con una sonrisa.
—Ahora vas tú —dice Chris —, y necesito saber los detalles, porque no encuentro sobre ti en Wikipedia —afirma sonriendo.
—Bien, mi nombre es Rose Johnson, nací el 29 de agosto de 1989, así que pronto cumpliré 29. Soy hija única, aunque crecí con muchos primos por ambos lados de mi familia. No tengo muchos recuerdos antes de los 6 años, pero al contrario de ti, yo sí amaba ir a la escuela, era la típica niña aplicada y bien portada. Yo hacía de todo en la escuela, en cada acto participaba, en cada baile, en todo, literalmente. Luego nos tuvimos que mudar a otra ciudad por el trabajo de mi padre, ahí todo era diferente, yo era la niña nueva rara, todos me molestaban o se burlaban de mi actitud de "niña buena", así que me alejé de todos esos actos y me convertí en una chica reservada —cuenta la joven con cierta melancolía.
Chris la observa en silencio, puede descifrar la tristeza en sus ojos.
—En mi adolescencia fue igual, mientras las otras chicas comenzaban a salir, a tener novios y todo eso, yo no era nadie. Me asustaba el hecho de que un chico se me acercara, yo era la típica damisela en apuros, así que todo lo que hacían las personas de mi edad me parecía escandaloso. Continué estudiando y fui el mejor promedio de mi generación cuando terminé la secundaria, comencé a abrirme camino en la lectura y al asistir a una escuela más grande, conviví con más gente, por fin tuve criterio propio, ya razonaba lo que yo creía bueno y malo, pero con ello, comencé a alejarme de mi padre. Siempre estuve becada y el dinero que recibía lo comencé a ahorrar hasta que fue tiempo de irme a la universidad, me alejé de mi hogar y me fui. Siempre mantuve comunicación con mis padres, aunque volví a su casa sólo cuando tuve mi título en mano, esa noche hablamos y nos dijimos de todo, pero útil, ahora tenemos una agradable relación y trato de visitarlos al menos dos veces por mes. Ya no sé qué más decir —murmura la joven.
Chris está a punto de responderle, pero de nuevo el cronómetro suena. Rose mantiene la mirada baja, ha sido una corta pregunta, con una larga respuesta.
*Algunos datos referentes a la vida de Chris, son inventados. Los de Rose, también. Cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia.
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36 Preguntas para enamorarse [Chris Evans]
Short StoryHISTORIA CORTA | COMPLETA | FANFIC Hace más de veinte años, el psicólogo Arthur Aron logró que dos extraños se enamoraran en su laboratorio. ¿Por qué no hacerlo ahora? Fecha de publicación original: 18 de mayo de 2018