Towers; ᴘ.ᴊɪᴍɪɴ

[9]

–Vamos Jimin, la fiesta estará genial gaste dinero en ello.

–¿Y?

–Salir no te vendría mal.

–No quiero.

–Jimin, escucha, si Minji te dejo fue porque no era lo que esperabas, hay un buen de culitos jugosos afuera...

–Ya vete, Namjoon.

–Bien,bien, ya me voy a TÚ fiesta, dónde no estarás tú.—hablo rendido.

Él se quedó en su oficina, abrió el cajon de su laptop y vio el marco que tenía,su niña estaba ahí, sonriendo para él.

–Me alegra saber que estás feliz.—acaricio el cristal.

Se fue a su auto, y paso a la taberna de siempre. En donde antes y ahora era cliente frecuente.

Su cumpleaños pasándola solo. Es lo que merecía.

Minyeon y Minji estaban en el parque, charlando felizmente.

Ella se casaría pronto y estaban en los ensayos de la boda.

Su celular vibró a la mitad de la noche.

–¿Diga? Ahm...si...soy yo...voy para allá, muchas gracias.—Minyeon suspiro cansada.

–¿Qué?—la chica le miro.

–El señor Park no recuerda donde dejo su billetera, no tiene dinero, el dueño de la taberna llamó diciendo que...ah.—suspiro—Tengo que irme, amor.—Miro a su chico; Jisung.

–No..no...—Minji interrumpió — Tienes que estar aquí, falta una semana para tu boda, tienes que aprender todo lo que dirás. Yo iré.

–No tienes que hacerlo Min, yo puedo.

–Nada de eso, sólo ire por él, pagaré,lo llevaré a casa y vendré contigo.

–Bien...—le dio las llaves—Ve con cuidado.

La chica manejo por las calles oscuras, conocía el camino, ya había ido antes. Era su cumpleaños y soló bebía como idiota. Antes de salir del auto, uso un cubrebocas, no quería que el supiese que fue por él.
Eso no hacen los ex novios.

–Coño...ya me conocesss siempre vengo aquí y te niegas a dejsrme ir sin pagar??—Jimin estaba ebrio, mucho.

–Señor Park, usted mismo me dijo que no lo deje ir sin pagar.

–Voy a hacrr que te demanden.

–Nada de eso.—Minji intervino.

–Min...—Jimin la miro entre cerrando los ojos—Aquí esta ella, me ayudará a buscar mi billetera.

–Sí..sí, sobre eso ¿Seguro que la has traído?—revisaba sus bolsillos.

–Si, pague la primera tanda de sojus.

–¿La dejaste en el baño quizás?

Minji buscaba por todos lados, debajo de la mesa, en los baños, éste estúpido...

–TU TIENES MI BILLETERA, LADRÓN DE MIERDA—Jimin empujo a un hombre de ahí.

–Pequeñín te lastimarás si juegas con fuego.

–¿PEQUEÑÍN?

–Basta...Park, detente.

–¿Park?—Jimin preguntó.

–¿Usted encontró su billetera?—miro inocente.

–¡No tengo nada! maniáticos de pacotilla, ésta es mía.

–¿Puedo verla?

–N-No.

–Pérmitame verla, para asegurarnos solamente.—forcejeaba con él, mientras Jimin tenía una laguna mental.—¡ESTA ES DE PARK! USTED LA TIENE!

–¿Park?—Jimin volvió a preguntar.

–¡Dije que no, y no es no, perra loca! —la empujo haciéndola golpearse en su espalda con una mesa.

Jimin le empujo hasta que él estúpido cayó en las sillas.—No vuelvas...Jamás...a empujarla...jamás.—Le arrebató la cartera, dejo un cheque en la mesa y tomó de la mano a Minji.

–Park...

–Llevamé a casa.

Ella asintió.

Jimin seguía algo ebrio se notaba por su hípo repentino.

–Es su cumpleaños...y así lo celebra usted es tan idiota.—fingía ser Minyeon aún.

–Callaté.

–Es el colmo con usted.

–Sí, claro.—miro por la ventana.

Una vez llegaron, ella agradeció que él fuese más tranquilo y caminara soló hasta la casa.
Ella no iba a irse hasta asegurarse que se quedará dormido.

–¿Por que hace tanto frío?—titiriteo.

–Hace calor.

Miro la casa, estaba idéntica a como la dejo, las mismas cosas tiradas, todo. Lo acostó en el sofá.

–Aquí estoy bien...recojé los papeles que están en mi habitación por favor, que los firmen mañana temprano.

–Sí.

Subió con curiosidad, si la sala estaba intacta, la habitacion también, ni siquiera estaba tendida la cama, se sentía tanto frío.
Miro en la cama, había un libro...¿un album?
Lo abrió con algo de miedo.
Se llevo las manos a la boca, quitó el cubrebocas y llorando lo empezó a hojear.
Habían fotos de ella durmiendo, o distraída, tenía dedicatorias y fechas.

"Cuando llegué ella estaba dormida, no pude decirle cuanto la amaba hoy, pero sus pestañas largas me enamoran todos los días".

Bajo corriendo, se iría de ahí en cuanto antes. Había visto suficiente.
Jimin seguía siendo ese pedacito de cielo.

–¿Te vas tan pronto? Minji.