III

782 78 1
                                    

La tercera vez que te vi, llorabas frente a un cuenco de sopa.

En la blanca habitación, con la blanca luz de la Luna entrando por la ventana, los blancos muebles amueblando la sala, algo no cuadraba.

Y ese algo eras tú. No pintabas nada allí.

Hacías ascos al plato de comida, pero te obligaste a probarlo.

Una mueca se formó en tu rostro,

las manos soltaron de una manera estrepitosa la cuchara,

y luego vomitaste la poca sopa que habías ingerido.

Te vi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora