La decimotercera vez que te vi, salimos a la calle.
Paseamos por la playa,
de noche,
ya que odiabas el sol.
La gente te miraba inquisitivamente, inspeccionándote,
no entendían que eras una persona más,
no un simple experimento.
Yo te pasaba un brazo por la cintura huesuda,
y te hacía sentir más segura.
O eso pensaba.
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Te vi.
Short StoryTe miraba, y no te dabas cuenta. Poco a poco, observándote con cautela, descubrí que estabas rota. Y tú misma me afirmaste que ya no era posible repararte.