«Nunca me quisiste
tal y como yo era.
Te empeñaste en repararme,
como todos los demás.
La verdad es que nunca nadie me quiso, como yo era de verdad:
una chica rota.
Te asustabas de mis huesos,
de mis vómitos,
de mis intentos de irme.
Porque yo no quería ir a pasear,
no quería ir de compras,
no quería ir a por un helado.
Yo quería irme.
Algunos dirán que el suicidio es la manera fácil de solucionar los problemas.
No lo creo.
Decir adiós a la vida, no es decisión de un día,
y ver tu sangre brotar, no es tampoco cosa sencilla.
Y más cuando sabes que la causa de esa cascada roja
eres tú mismo.
A pesar de todo, para mi sí fue fácil irme,
ya que no tenía otra opción.
P.D: escribo esto en pasado porque,
seguramente,
cuando lo estés leyendo,
yo ya estaré muerta.»
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Te vi.
Short StoryTe miraba, y no te dabas cuenta. Poco a poco, observándote con cautela, descubrí que estabas rota. Y tú misma me afirmaste que ya no era posible repararte.