Capítulo 3

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Capitulo 3

- Demonios-Se acercó hasta donde yo me encontraba- Deberías tener más cuidado, ¿Sabes?

-Sería más sencillo si no coquetearas conmigo mientras me desangro- Le respondí mientras él me recostaba sobre un sillón antiguo y cubierto por un plástico sucio-

-Pequeña bonita, eso no era coquetear.

-¿Ah, no? ¿Qué es coquetear para ti?- Acercando mi rostro peligrosamente al suyo-                         

-¿Qué intentas?- Dijo devolviendo mi gesto-

-Conocerte- Le contesté mientras se alejaba para agarrar una caja negra con  una cruz roja- ¿Para qué es esto?

-Tú dime- Dijo burlonamente, plantando una sonrisa en su rostro- Si miraras hacia abajo antes de apoyar tu lindo culito no estarías manchando mi sillón-

-Creía que ya estaba lo bastante manchado-

Eso es ____, nadie puede insultarte sin salir herido.                

Sus facciones se endurecieron.

 Me tomó fuertemente de la cintura, me acercó a su cuerpo y sin despegar sus manos de mí me susurró en el oído:

-Quiero que te quedes quieta bonita, el corte es bastante profundo como para tenerte inconsciente unas cuantas horas a mi merced. No queremos eso, ¿Cierto?

No contesté. Este hombre empezaba a intimidarme.

Sentí sus cálidas manos sobre mi vientre y en ese momento caí al vacío, mentalmente, claro.

-¿Qué estás haciendo? No me toques- Sollocé con notable dolor y miedo en mi voz-

-Debo sacarte los pantalones- Sin siquiera mirarme siguió con su tarea recientemente interrumpida por mí- No voy a lastimarte, confía en mí-

-¿Qué confíe? Eres mi jodido secuestrador!- Le grité intentando levantarme de allí-

-Si quisiera abusar de ti, lo hubiera hecho mientras dormías. No soporto a las chillonas- Confesó recostándome nuevamente en contra de mi voluntad-

-¿Estás admitiendo haber violado mujeres?, por favor déjame- Caminé hacia la única habitación visible, pero al cruzar el umbral sentí un agudo ardor en mi muslo izquierdo- Demonios, duele mucho- me dejé caer sobre la pared-

-Debiste hacerme caso, pudiste haberte hecho daño. Deja de decir boludeces y no te muevas- Me tomó en brazos y me recostó sobre la cama-

Bien. Mejoramos poco a poco. No será el Hilton, ni una cadena de hoteles de lujo, pero no está nada mal la decoración.

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-Bien, prometo que no dolerá- Me susurró suavemente e introdujo una pequeña aguja en mi herida-

El dolor se volvía cada vez más insoportable.

-No aguanto por favor- Cerré los ojos con fuerza, esperando que aquel martirio por fin terminara-

-Ya casi termino bonita, no te muevas por favor-

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Desperté, nuevamente, sintiéndome algo débil. Mierda. Esto se está convirtiendo en una mala costumbre. Busqué lentamente a mi mamá o mi ama de llaves, pero no las encontré. Oh cierto. Fui secuestrada por un bombonazo. Traté de moverme, pero mis piernas me fallaron haciendo que cayera al suelo emitiendo un grito de dolor.

 Solloce en el medio de la habitación sobre la alfombra del piso- ¡¡ayuda!!

-Bonita ¿qué pasa?- dijo desde el pasillo acercándose a la habitación. Al verme en el suelo, rápidamente se agachó me tomó con sus brazos y me recostó sobre su cama- No debías levantarte, Ya estoy acá. ¿Te duele algo?

-La  pierna. Me duele y mucho!

-Tranquila, Soy doctor

Hola lectoras! Soy Sophie y quería agradecerles por leer mi novela. Espero que les guste.

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