❝ CAPÍTULO 13 ❞

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Oh, I wanna dance with somebody!

I wanna feel the heat with somebody!

Yeah, I wanna dance with somebody!

With somebody who loves me!— cantan las tres al unísono, creando una armonía perfecta.

Las féminas ríen y continúan tarareando su canción favorita.

Una vez terminada la canción, llegan al colegio. Desde sus lugares pueden oír la música retumbar, las luces de colores salen de las puertas abiertas, algunas parejas o grupos de amigos se encuentran afuera charlando.
Sin esperar otro segundo más, salen apresuradas del auto, listas para divertirse y olvidarse de todas sus preocupaciones, algo necesario para Rogie.

Abren el gran portón que da paso al gimnasio donde se realiza la fiesta. Al hacerlo, tintineantes luces rojas y verdes encandilan sus ojos. Gritan para hablarse debido a la fuerte música. Se dirigen a una mesa y comienzan a beber y comer lo que hay allí.

[ ... ]

Luego de varias horas de tragos, bailes extraños y comer todo lo que pudiesen, necesitan un merecido descanso.

La temática de la fiesta es clásicos de Disney, pero se veía más como la parodia alcohólica de éstos.

La madrugada es el momento perfecto para relajarse y bailar con tu pareja una de esas famosas canciones lentas. Cosa que Frida y Johanna están haciendo en este momento: la menor tiene sus manos agarrando la cintura de la pelinegra y ésta cruza sus brazos por detrás del cuello de la castaña. Susurran cosas que solo ellas entienden, y ríen como las tórtolas que son.

Rogie las mira sonriente desde su lugar. Además de una o dos personas, ella es la unica que permanece sentada. Suspira. Se había imaginado en esa misma situación con la rizada.
Toma otro poco de ponche que dejó en esa taza con forma de Chip. Se saca el sombrero del Sombrerero Loco y se encamina, a paso lento, hacia la pareja, para avisarles que debían irse.

Pero de un momento a otro, siente un roce en su mano. Es suave y cálido.
Sabe muy bien que es ella.

Mira hacia su costado derecho y la ve.
Las tenues luces hacen brillar sus ojos, haciéndola ver más bonita de lo que es.

Mira sus dedos entrelazados con la otra mano; vuelve a dirigir sus celestes ojos a los marrones.
No hacen falta palabras, nunca hicieron falta entre ellas.

—¿Me concederías este baile?— pregunta la rizada.

Rogie tiene su mente en blanco.
Recuerda lo dicho por su madre: "Escucha a tu corazón".

Y sin importarle nada, lo hace.

Se da media vuelta y apoya su mano en el hombro de Brianna, ésta coloca delicadamente su otra mano en la cintura de la más pequeña.

La princesa favorita de Rogerina siempre ha sido, y será, Cenicienta. Desde pequeña soñó con conocer a un príncipe en un baile, donde se enamoraría de ella a primera vista, habiendo tantas otra princesas. Bailarían toda la noche sin importarles que el reloj llegara a las doce y el hechizo se rompiera. Se casarían y seguirían amándose como la primera vez... Brianna es su príncipe, a pesar de todo, siempre lo será.

Y como si le leyeran la mente, "So This is Love" comenzó a sonar.
Las parejas que estaban allí desaparecieron por completo del campo visual de ambas. Absolutamente todo se había vuelto nublado. Sólo eran ella y Brianna.
Igual que en la película, abarcan toda la pista. No saben a dónde se dirigen, y tampoco les importa, puesto que no quieren cortar el contacto visual entre ellas.

Giran sobre su eje y alrededor de la pista de baile. Rogie balancea suavemente su vestido celeste. La música las hace sentirse en las nubes, donde nada ni nadie las molestaría.

Brianna y Rogerina disfrutan de estar juntar una vez más.

Rogie junta sus manos con los de la castaña y, sin dejar de danzar, se dirige hacia el patio, donde casualmente hay una fuente. Una vez allí ambas se sientan sin cortar el agarre.

La noche es perfecta. Las luces bañan el cielo y hacen resplandecer los vestidos de las féminas.

Quedan allí, sin decirse nada, sin dejar de mirarse, sólo disfrutando del momento y de ellas.

ROGERINA HAS A DATE • fem!maylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora