❝ CAPÍTULO O3 ❞

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-¡¿Que tú qué?!

-Cariño, no grites, nuestros gatitos están durmiendo.

-Ve afuera. ¿Listo?

-Sí, listo.

-Bien...- respira hondo -¡Cómo se te ocurre avisarme recién ahora que no puedes llevarnos!, ¡no ves que la chica no tiene qué ponerse!. ¡Johanna Deacon te quedas sin tijeras por una semana!

-¡¿Qué?! ¡Oye, espera! ¡Nunca me dijiste sobre qué se trataba, por eso te dije que no podría llevarte!

-Hubieses preguntado, mi amor.

-Frida no me hagas esto...

-Te doy veinte minutos. Si en ese o menos tiempo no apareces ¡olvídate de verme en lencería por el resto de tu vida!

-¡No se diga más! Allá voy.

Frida aparta el móvil de su oreja y finaliza la llamada. Acomoda su flequillo y da media vuelta. Moviendo sus caderas, se dirige hacia las escaleras frente la puerta, donde se encuentra sentada la rubia.

-Ya todo está solucionado, cariño.

-Ya lo oí- ríe -Pobre Jo, se quedará sin sexo.

-A veces hay que tomar medidas drásticas, linda.

Ambas muchachas ríen. Frida se sienta junto la rubia.

-Oye, cariño, ¿en serio te encuentras bien?- pregunta la pelinegra. Da una ojeada a la calle, esperando que uno de los autos pare.

-Sí, ¿por qué preguntas?

-Es que hace poco te veía tan feliz y ahora... parece que estamos en un velorio o algo.

Rogie hace un globo con el chicle en su boca, lo masca unas cuatro veces y lo tira en medio de la vereda. Levanta sus lentes de sol y deja ver sus enormes ojos celestes.

-Ya te dije- suspira -... no estoy muy segura sobre ir. Esto es nuevo para mí. Digo, tuve varias citas con chicos, y chicas también, pero nunca terminaban bien. Y no me importaba - sus ojos se pierden en la vereda manchada por pintura. Aquella con la que Bri y ella jugaban -. Con Brianna es distinto. Muy distinto. Ella en serio me gusta y temo arruinarlo como lo hago siempre.

Frida escucha atentamente cada palabra que sale de los rosados labios de la fémina, a la vez que acaricia el cabello de ésta. Oye su voz a medio quebrarse.

-Rogie- se acerca más ella y la abraza -, créeme cuando te digo que no arruinarás nada. Sólo se tú misma. Bri te quiere tal cual eres. Y si me aguanta a mí, seguro podrá contigo.

Rogerina sonríe por el comentario y apoya su cabeza en el hombro de la mayor.

-Gracias..., ya sé porque Johanna te ama tanto.

-Oh, no es sólo por eso...

-¡Oh, mira allí llegó!. Que oportuna, ¿no?- avisa un tanto avergonzada.

Y tal cual mencionó, allí se encuentra Johanna, saludándolas con su mano derecha.

Ambas chicas se ponen de pie al mismo tiempo y caminan hacia la castaña.

-Hey, Rogie, ¿qué tal todo?- saluda alegre.

-Mucho mejor que tú, Jo.- contesta en tono burlón, guiñándole un ojo.

La castaña frunce su ceño sin entender a qué se refiere la rubia.

-Rogie, cariño, recuerda que tienes una cita y esta hada madrina tiene una con el peluquero.- habla con voz cantarina, adentrándose al auto.

Rogerina imita la acción de Frida y se sube al auto.

Mientras tanto, Johanna tiene mil dudas carcomiéndole la cabeza. Hasta que se anima a preguntar:

-¿Frida, eso que dijiste no era cierto?, ¿verdad?- se puede notar muy bien lo asustada que se encuentra.

-Oye, Rogie, ¿qué opinas sobre un lindo vestido con brillos?- pregunta Frida ignorando a la castaña.

-¿Frida?- Jo se sube al auto y mira por el espejo retrovisor a la mencionada.

-¿No crees que será mucho?- Rogie le sigue el juego a la fémina.

-Para nada.

-¡Oh, vamos! No sabía que lo decías en serio.- Exclama la castaña en un lloriqueo, haciendo arrancar el auto.

Frida y Rogerina ríen por el lamento de la castaña.

El resto del camino hacia el shopping se pasó en ignorar y hacer bromas indirectas a Jo. Un largo y agotador camino para ésta.

ROGERINA HAS A DATE • fem!maylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora