Oscuridad

725 30 4
                                    

Apaga las luces y dime qué ves; pero no me decepciones diciendo que no hay nada, porque yo puedo ver tantas cosas que con la luz desaparecen. A veces quisiera que alguien también las notara, pero me doy cuenta que nadie se merece ver lo que yo veo.

Ese monstruo debajo de la cama, tratando de llevarme con él al inframundo, persuadiéndome con sus venenosas palabras. "Ya no tienes nada que hacer aquí. No sirves de nada, así que mejor desaparece conmigo; nadie te extrañará".

Esos demonios encerrados en el armario, pidiéndome a gritos que abra las puertas y los deje salir; pero yo sé que sólo quieren enjaularme con ellos en su mundo de locura y soledad eterna.

Ese fantasma del pasado, tan silencioso y escandaloso al mismo tiempo, que camina por todas partes y repta por las paredes tratando de llamar mi atención. "Mírame y recuerda; escúchame y llora conmigo". Siempre quiere agarrarme de las manos y abrir de nuevo los cortes ya cicatrizados, pero no lo dejo, así que se conforma con ahogarme con sus lágrimas.

Cada noche, cuando no queda luz alguna, dejan su quietud y salen de sus escondites para venir a verme; yo sólo quiero que vuelva la luz para que me dejen en paz. Grito por ayuda, pero todos piensan que es sólo un miedo infantil que debería superar de una vez...

Pero ellos no ven lo que yo veo.

Palabras silenciadas y frases rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora