[Final.]

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Una suave música suena de fondo, acompañada de un ligero cuchicheo.La gente se mueve por el lugar con elegancia, vistiendo finas ropas y tomando alguna clase de bebida realmente cara de la cual yo desconocía honestamente su nombre.Ellos admiran los cuadros que revisten las paredes de la galería, entre asombrados y cautivados por los maravillosos colores e impecables formas.

Yo me encuentro en un lugar bastante alejado.Mis zapatos me aprietan los pies y tengo que tener cuidado de no pisar mi largo vestido, pero la música me relaja.Prefiero observar a la gente, se me hace más curioso que compartir una charla circunstancial con alguien que no conozco.

–¿Tan bonita y tan sola?–Una profunda voz suena desde mi izquierda antes de que una larga figura se posicione a mi lado.

No necesito mirarlo para saber de quien se trata.

–Hola, Yuto.

Él lleva puesto un traje, pero la corbata se le ve tan incomoda como mis zapatos.Ninguno de los dos estábamos acostumbrados a ésta clase de ámbitos tan aristocráticos: nos veíamos más bien como un par de peces fuera del agua.Y los chicos, más allá de nosotros, se veían exactamente igual.Jinho no dejaba de ladear su cabeza frente a un cuadro abstracto intentando encontrarle la vuelta junto a Hui, mientras Shinwon y Wooseok se burlan de ellos.Hongseok, Kino y Changgu estaban demasiado ocupados intentando sacarse una selfie junto al cartel principal.

–¿Qué estas bebiendo?–Me pregunta nuevamente el japones, sacándome de mis pensamientos.

–Ni idea.–Respondo con honestidad, dándole un sorbo a mi copa.–Prefiero el vino barato, ¿sabés? Daría lo que sea por un vaso.

Mi amigo no puede evitar soltar una risa.

–Concuerdo.Algunas cosas nunca cambian.–Una sonrisa abre paso en su rostro.–Es bueno que todos estemos de regreso.

Alzo mi copa frente a la suya.

–Un brindis por los viejos tiempos.

Ambos chocamos nuestros vasos antes de dar un sorbo.

–¿Sabes?–Comenta minutos después, mirando hacia nuestro alrededor.–No entiendo como no te incomoda que toda ésta gente te esté viendo desnuda.

Frunzo el ceño.

–Estaba intentando ignorar ese hecho hasta que lo mencionaste.No terminaré de acostumbrarme a ello nunca.

Yuto ríe y palmea suavemente mi espalda.

–¿Cómo va la búsqueda de empleo?

–Comienzo a trabajar en un hospital a unas cuadras de aquí el lunes.–Sonrío.

–¡Eso suena espectacular!

Hablamos unos minutos más hasta que Changgu nos llama para poder sacar una fotografía.Yo le digo a Yuto que se adelante mientras voy por mi teléfono para poder sacar mis propias selfies.Entonces, mientras camino escucho un comentario al aire, proveniente de una pareja de ancianas que observan atentamente uno de los cuadros expuestos.

–Que hermoso sentimiento capturó el artista...realmente se ve el amor en sus ojos.

Mi paso se vuelve cada vez más lento hasta que me detengo, concentrando mi atención en el cuadro al cual hacen referencia.

El lienzo está iluminado con tenues luces.En él, una mujer se encuentra mirando directamente hacia el artista, con los ojos tan profundos que logran traspasar el cuadro: éstos no profesan más que amor y devoción.Su cabello le cubre parcialmente el rostro mientras la luz del exterior ingresa por la ventana, el cuerpo posicionado hacia un lado, sus brazos están extendidos hacia arriba.Detrás de ella no hay más que paredes con la pintura descascarada, pero el artista consiguió que se volvieran un fondo exquisito gracias a la combinación de colores.

Al percatarme de cual es, una sonrisa se me escapa: es la pintura que E'Dawn había echo meses atrás, cuando ambos encontramos nuestro camino de regreso al otro.

–Es un cuadro maravilloso.–Comento en voz alta.

Ambas se giran hacía mí.Solo les toma un segundo analizar mi rostro y regresarse hacia la pintura, intrigadas.

–Disculpe, jovencita...–Me dice una de ellas educadamente.–¿Usted conoce al artista?

Tomo otro trago de mi bebida antes de contestar, elevando mis ojos por encima de mi copa hacia la multitud, buscando aquel rostro que siempre conseguía acelerar mi corazón.

No fue difícil encontrarlo.Al instante en que mi mirada llega a él, sus ojos rasgados se fijan en mí a través del espacio que nos separa como si hubiera presentido mi atención, recorriendo abiertamente mi cuerpo y prendiendo fuego mi vientre.Los hombres a su alrededor siguen hablándole, seguramente felicitándolo y aclamando sus obras, pero él no deja de mirarme.Con una sonrisa ladeada, eleva ligeramente su copa hacia mí y su mirada me extiende oscuras promesas.

Tengo que contener una sonrisa debido a que él no lleva puesta una corbata y los tres primeros botones de su camisa están abiertos.Si hay alguien que siempre fue incapaz de soportar la etiqueta es él: cuanto más rápido llegara a casa y pudiera quitarse el saco mejor.Y yo lo ayudaría en eso con gusto.

–No sólo lo conozco.–Les respondo con orgullo.–Él fue mi primer amor.

«Y es mi futuro.»

FIN.


Gracias por acompañarme en ésta historia.Ahora sí, llegamos al fin ~~

¡Espero que les haya gustado!

Rush » HyojongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora