Capitulo 3

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Se dirigía muy calmado a su habitación dispuesto a hablar como dos personas civilizadas resolviendo sus problemas, como debe ser.

Frente a su puerta se puso a pensar sobre como se dirigiría hacia a ella, después de lo ocurrido entre ellos. ¿Estaba nervioso?, ¡JA!, Damian Wayne, ¡NUNCA!  estaría nervioso. Pero una situación como esta jamás se le había presentado en su vida y no era una de las cosas en las que creía llegaría algún día a participar, este tipo de problemas eran para la gente normal, o para los dramáticos de sus compañeros, no para él, que era un asesino entrenado desde su nacimiento.

Sin pensarlo más llamo suavemente a la puerta, espero lo más pacientemente que pudo para que abriera la puerta, pero no hubo respuesta. Nadie abrió . Lo mas seguro es que estaría meditando en cualquier otra parte, dio media vuelta, cuando una idea cruzo por su cabeza. Lo cierto es que Raven no dejaba entrar a nadie a su habitación, era tan reservada como él. Pero también había muchas diferencias entre ambos, siendo así, que es lo ocultaba en su cuarto, por que no quería que entrara nadie.

Dudo un momento, pero la curiosidad pudo más con el, sigilosamente como un gato, atravesó la puerta que le impedía resolver sus dudas, observo con detenimiento el área, era algo espaciosa no poseía muchas cosas, más que muebles básicos, pero nada de valor sentimental a la vista, aun que sí reposaban en un pequeño librero y el resto en el suelo,libros en abundancia. Su compañera disfrutaba de la lectura, se le notaba a leguas, por sus formas, expresiones, comportamiento al hablar. A veces demasiado madura para su edad, al igual que él. 

La habitación era algo lúgubre, pero por alguna extraña razón lo llenaba de tranquilidad, algo bastante raro por que literalmente estaba en la alcoba de la hija del demonio. Y hablando del rey de Roma... sus ojos enfocaron la cama donde en ese momento estaba Raven profundamente dormida, su respiración era de lo más tranquila. Sus ojos recorrían la figura, que yacía recostada sobre ese bendito colchón que disfrutaba del calor que emanaba la chica de su cuerpo, un cuerpo que parecía ser tan frágil como el cristal, lo gracioso es que solo lo aparentaba, aquella chica podría destruir el planeta si lo quisiera.

Se deslizo con cuidado,  sin provocar ruido,  hasta estar muy cerca de su compañera, para apreciar mejor la imagen.

Sintió que dentro de él, surgía su lado artístico, estaba presenciando una maravillosa representación de lo que es la belleza, durante su entrenamiento con la liga, no tubo la oportunidad de conocer el significado de lo hermoso. Para un asesino eso no era importante, fue hasta que se mudo con su padre, que lo que creía era una distracción, en realidad era uno de los pocos placeres que te da la vida.

Y ahora con su alma de artista hablando, sabía que la figura que tenia enfrente era digna de ser una pintura o escultura. Pasaron segundos o minutos eso no importaba, tomaba nota de cada detalle para plasmarlo después correctamente en un lienzo. No se dio cuenta cuando se le acerco tanto que hasta podía sentir su respiración, estudio con precisión su rostro, su tez tan blanca como el mármol, las pestañas y cejas negras, haciendo magnifico contraste con su color de piel, sus labios tomaban ligeramente un poco de un tono rosa pálido que apenas se notaba.Un par de cabellos negros cayo sobre su rostro, con delicadeza los acodo en su lugar. La apariencia tierna que tomaba esa demonio al dormir le resultaba tan adorable, hasta el extremo de enternecerlo, en ese estado parecía una muñeca de porcelana, que necesitaba cuidado para que no se fuera a romper. Nada que ver con la realidad, su amiga sabia cuidarse sola bastante bien.

Conocía los trucos de los demonios, el no se dejaba engañar tan fácilmente, en su entrenamiento siempre fue advertido, que un demonio podría aparentar la mas pura inocencia, adquirir la belleza mas deliciosa jamás imaginada por el hombre, una seducción tan arrolladora que nadie podría resistirse. Pero todo eso no era más que apariencia, una vil trampa para lograr su cometido. Y aunque sabia que Raven no era de esa calaña, debía de tener cuidado. Perdido en su pensamiento no se dio cuenta en que momento los iris violeta se abrieron.

Esos ojos lo miraron con curiosidad, era claro que esperaba una respuesta de el por que estaba en su habitación o sentado en su cama o mas bien por que estaba tan cerca, o las tres cosas.  

La observo, su semblante parecía tranquilo, no parecía enojada, solo confundida por su presencia. 

- No respondiste cuando toque y la puerta estaba abierta.          

- No sabes lo que significa la privacidad, ¿verdad?.

- He venido para hablar contigo. Detesto tu nuevo comportamiento hacia mi.

-Bueno y ¿como sugieres que actué ante mi compañero siendo un acosador?

- Esto no es acoso, es prevención y cuidado.

- AH, ¿enserio?

-Basta, Raven quiero arreglar este problema que tienes.

- Yo no tengo un problema, eres tú el que lo tiene.

Haber empezado mal la conversación, era quedarse corto, así nunca se solucionaría la complicación que tenían. Se miraron a los ojos, retándose a decir la siente palabra, ambos sabían que esto no podía llegar más lejos.

-Tal vez yo he exagerado, pero tu comportamiento tampoco estuvo bien.

- Mi comportamiento, siempre esta bien Raven.

- Es claro que te equivocas, tus intenciones fueron buenas, mas no tu forma de actuar. Y el pensar que hiciste bien es lo que me preocupa Damian.

- Yo no veo algún error en mi comportamiento- Volvió a analizar rápidamente sus acciones- Si te refieres a lo que paso en la sala de entrenamiento, te dije que lo hice para tranquilizarte.

Un pálido rosa adorno las mejillas de la hechicera. 

-No hablaba de eso. Me refería a lo que hiciste cuando estaba en mi cita. En primer lugar no deberías haber estado allí.

- Tu comportamiento era inusual, quería saber que estuvieras bien.

- Te agradezco tu preocupación, pero eso no significa que debas interferir en el modo que lo hiciste y menos espiarme. eso no es moralmente ético.

- Nuestros modos de pensar son distintos Rachel, tanto un héroe, como un asesino deben estar preparados para todo, así me educaron, y estoy de acuerdo en seguir orgullosamente esas enseñanzas.

Un suspiro fue lo único que salió a modo de respuesta por parte de la bruja. Hiba a resultar más difícil de lo que pensó.

-¿Por qué reaccionaste as,í solo por salir con un bueno para nada?,lo investigue y no encontré algo interesante, para que llamara tu atención.

- Bueno, en realidad.....

-¿ Qué?

- Si, tenias razón, no lo era, pero es que... me avergüenza decirlo.

-¿Por qué?

-Nunca me habían invitado a salir, normalmente soy la rara, y a veces causo terror en las personas. No es común para alguien como yo que la inviten a salir o la encuentren atractiva.

-¿Todo este drama, solo por que querías que te invitaran a salir?

-No es drama Damian, sabia que no entenderías y aparte me arruinaste mi primera cita- comenzó a levantar la voz.- ¡Sal de mi habitación!

El joven héroe se levanto de la cama y antes de salir hablo con seguridad:

- El  miércoles a las doce, en el parque

-¿Como?

No respondió a su pregunta solo se fue, dejándola confundida.





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