Cruciales

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Al día siguiente en la escuela, todo había sido normal, él llegó tarde como siempre, teníamos entendido que estaba trabajando para poder pagar todo su plan. Él estuvo muy serio, parecía cansado. Lo ignoramos, él la abrazaba lindo, ella no lo miraba, se veía algo cansada, pero decidida, hicimos algunas tareas, un par de exámenes, yo les dejé en lo que iba a ensayar, al volver ella ya había hablado con el, él creía que todo iba bien así que le leyó un poema bastante cursiloide. Que había escrito únicamente para ella. Y fue ahí donde hablo con el. Le regresó el anillo y le dio un abrazo, él no había llorado, pero no la volteaba a ver. Ella estaba muy tranquila, y al salir de los ensayos baje y ella me llamó. -emh... donde estas? Ya nos vamos? - yo le afirme y corrí para verla. Mi barriga estorbaba un poco al correr pero lo hice ya que estaba nervioso de cómo estarían. Algo me daba la impresión que ella no había podido, hasta que le vi dar la vuelta a la esquina, con los ojos llorosos y serio. Me acerqué, se despidió de mí normal, me abrazó y tembló un poco. Se despidió y se fue. Yo no sabía a donde, solo tome a mi niña y caminé hacia la esquina, ya que ya habíamos estado alejados de él, la abracé y le pedí que me platicara qué tal habíal ido todo, fue ahí donde me enteré de que él es más cobarde de lo que creía, no la miraba a los ojos, nisiquiera lloraba de verdad, como carajo iban a poder resolver algo si él se comportaba de esa manera?.
No se por qué sentía que él iba a comportarse de esta manera siempre.
Al volver a casa, subí a dormir a mi habitación, y ella salió con mamá y papá a comer. Al despertar hice algunas tareas, y fui al gimnasio. Al parecer todo volvería a la normalidad. Para las 7 pm, ella y yo ya estábamos como si nada, acostados en su cama, viendo una caricatura en su televisión, mientras yo bocetaba en un conjunto de hojitas blancas.
El no había vuelto a casa, me preocupe un poco y le envié un mensaje, "estás bien? Como te sientes?". El me lo contestó horas después, "no, pero gracias por preocuparte".
No recuerdo más, solo que desperté con Karen en su cama, habíamos sucumbido al sueño y a la mala vibra general, necesitábamos descansar. Tomamos un ligero desayuno, fuimos a la escuela y todo transcurría normal, ninguno hablaba de él. No era tópico importante, teníamos un taller de grabado, era parte de la carrera, pero el profesor lo habriamos podido continuar con nuestro día. pero entonces sentí su mirada, esa mirada fría y grosera, inquisidora. Voltee y me lo encontré un par de bancos hacia atrás, con su cara de "los odio a todos" haciendo su trabajo a solas. Nadie le hablo, nadie le dijo nada. Ni siquiera notaron que estaba ahí. Excepto por las niñas, en ningún momento fue para acercarse a saludar y hablarnos.
Al final del día a Carolina se le ocurrió que podríamos ir a beber algo, nosotros no lo pensamos dos veces, así que tomamos nuestras cosas y fuimos a beber donde siempre. Ese pobretón y viejo bar. A donde acudíamos si queríamos consumir alcohol de manera legal.
Algo en el camino distrajo a nuestra hermana y nos adelantamos, hablando de todo y de nada a la vez, ambos terminamos subiendo las escaleras del edificio. Nos acorralamos en una esquina y comenzamos a besarnos lentamente y a manosearnos mutuamente. Ambos lo disfrutábamos, nos mordíamos y apretábamos ciertas áreas por gusto, a ella le encanta que le toque el trasero si es que la empiezo a besar por mero gusto. A mi me gusta que me acaricie la espalda, me separé de ella y comencé a caminar con una sonrisa burlona hacia el último piso, donde estaba el bar. Ella me siguió y justo cuando apenas estaban revisando nuestras identificaciones, llegó nuestra pequeña hermana, acompañada de él pandrozo de su novio. Pedimos unas cuantas caguamas, papas fritas y la bebedera empezó, fue algo sencillo y rápido, solo bebíamos y platicábamos, me enteré de tanto gracias a mis hermanas y el novio de Caro, todos éramos estudiantes del mismo colegio, de la misma carrera, era gracioso como entre personas también se puede ser un mundo.
Comí algo tarde, así que gracias a las cervezas, el alcohol hizo pronto de las suyas, entre en calor, quise tenerla... pero no había donde. Así que le pedí que me "acompañara abajo" como si fuera a comprar algo a la tienda, salir por un cigarrillo o a contestar una llamada, Justo cuando íbamos bajando ya nos habíamos acorralado a la pared para besarnos intensamente, sus labios chocaban contra los míos, suaves, dulces, con sabor a cerveza. Sin duda me estaba volviendo adicto a sus besos, sobre todo con ese pequeño rastro de cerveza en su sabor.
Uno de mis sabores preferidos es la cerveza, por lo cual el tener sus preciosos besos con ese sabor me estaba volviendo loco, conducía mis manos a su trasero y yo lo acariciaba y presionaba, haciéndola dar un pequeño brinquito hacia mi. Algo nos hizo detenernos, no sé qué fue, simplemente pasó. Subimos como si nada y continuamos con la platica hasta que todos se fueron, terminamos la cerveza faltante y nos fuimos. Esos días eran escasos últimamente por lo cual íbamos muy tranquilos y al menos, yo feliz.
En el camino la cerveza hizo de las suyas y me dormí en el bus. Llegue a casa y me fui a trabajar...

Días después, Josué de nuevo se había desaparecido, yo no lo había notado ya que estaba ocupado con los exámenes finales. Tenía algo de miedo, eran pesados, comenzamos a dormir menos, proyectos nos estaban asfixiando, Ángela nos había traicionado, Carolina estaba tomando muy a la ligera todo, el estrés empezó a comernos vivos, entonces se nos ocurrió, inventar excusas distintas... y encontrarnos en un lugar especial.

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