Un Ángel Roto

El monstruo

A sus 8 añitos un monstruo la visitaba en las noches, la pequeña ya no quería estar en casa de su abuela, tenía miedo y ya no podía dormir bien por miedo a despertar en medio de la noche con el monstruo a su lado.
Las noches que la visitó, ella nunca habló, sólo despertaba aterrada sintiendo esas manos tocar sus piernas desnudas hasta llegar a sus panties con intenciones de bajarlas, era en ese instante donde el frío recorría su espalda y la hacía reaccionar lo suficiente como para levantarse bruscamente y alejarse.
Él siempre se detenía cuando se daba cuenta que ella estaba despierta.
Desde entonces dejó de dormir en vestidos y comenzó a usar pantalones y a esperar hasta la madrugada para dormir por lo menos una hora porque sabía que el monstruo no se acercaría a esa hora.
Una noche después de tantas sin descansar, el cansancio le pasó factura y el monstruo llegó sin que ella lo notara, para bien o para mal ella despertó y se sentía mal, no tenía sus pantalones puestos ni sus panties, su corazón corría a mil por hora, esas horribles manos tocaban su cadera y sintió una presión en sus nalgas, esa noche lloró mientras corría al cuarto de su abuela quien la recibió con los brazos abiertos sin preguntar, ella debió preguntar...

Suplicó a sus padres para no volver a ese lugar, temía que el monstruo volviese a aparecer en las noches pero sus padres no escuchaban, le regañaron y dijeron que no había quién cuidase de ella mientras ellos trabajan. Poco sabían que dejarla en aquel lugar era un error, debieron escucharla, quizás si escucharan ella no temería contarles el cuanto le aterraban las noches en casa de su abuela.