Al borde de la locura

Capítulo IV: Esto es un sueño

Por fín era viernes, el día que Alena y Alex estaban esperando hoy sería ¿su cita? no, ellos no querían decirlo así, digamos que era una quedada de amigos.

Al final de las clases tocó el timbre y todos los alumnos salieron disparados de las clases. Todos iban a empujones, faltaba sangre en esos pasillos.

Alena iba tranquila. Nerviosa. Nerviosa por ver a Alex. 

Un poco antes de llegar a la puerta vió a Alex aunque él la vió primero, como si la esperara a ella.

Se movía inquieto.

-¡Alena!- exclamó con alegría y se acercó a ella con una sonrisa.

-Alex amm ¡hola!- se puso muy nerviosa hasta que pudo reaccionar.

-¿Puedes venir hoy no?

-Claro, cómo quedamos ¿no?

-Por supuesto- estaba muy entusiasmado.

-Oye

-¿Sí?...

-Mi madre me preguntó si iríamos a cenar o no, es por si me tiene que esperar para cenar.

-Oh- respiró tranquilo- creía que ibas a cancelarlo- los dos sonrieron y los ojos de Alex se clavaron en los de Alena.

-¿Y  bien?- dijo la muchacha despertando del trance.

-Ah pues como tú quieras.

-Por mi si, pero si a ti no te viene bien no pasa nada.

-No,no. osea, si o no, espera- Alex estaba realmente nervioso ¿pero que coño hago? dile que si puedes joder pensaba para simismo.- Sí, si puedo.

-¿Enserio?

-Claro

-Estupendo, hasta luego Alex- dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

-Si quieres puedo acompa...-no le dejo terminar la frase.

-No hace falta, mi madre a venido por mi en coche. Adiós Alex, luego nos vemos.- dijo con la misma sonrisa.

-Hasta luego princesa- dijo Alex muy romantico al oir eso Alena se dió la vuelta y lanzó una sonrisa seductora.

***

-¡Mamá! Voy a salir, no me esperes para cenar, volveré tarde. ¡Bye!

-Adiós hija, pasatelo bien y que sepas que de momento no espero ningún nieto-dijo la mujer riéndose.

-¡MAMÁ!- dijo Alena avergonzada.

-Vas muy guapa hija, pásalo bien. Tened cuidado ¿llevas chaqueta? Come bien en. Ah por cierto...

-Mamá voy a dar una vuelta no a la guerra por favor...- dijo interrumpiendo a su madre.

-Vale vale, hasta luego Alena.

-¡Adiós mamá!- Dijo cogiendo las llaves y saliendo por la puerta.

Alena llevaba unos shorts negros con una camisa de vuelo coral con tacones de aguja negros. Iba realmente linda. Le realzaba su color de piel tan pálido, estaba espectacular.

Por la cara de Alex, Alena pudo notar que estaba deacuerdo con su madre. Se quedó boquiabierto.

Alex tampoco estaba nada mal, todo lo contrario, estaba perfecto.

Llevaba una remera blanca con unos jeans oscuros caidos y unas vans. En el brazo llevaba una chaqueta de cuero negro por si luego refrescaba aunque estabamos a principios de junio.