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— Despierta bestia -Oí que Teresa me despertaba.

— ¿Qué quieres? -Dije de mala gana.

— Ten cuidado con esa boca, así no le hablas a tu madre mocosa, lenvantate, nos vamos -Dijo.

No dije nada porque sabía que me iba a responder mal-geniada, me levanté y salimos de la casa,estuvimos caminando un buen rato, hasta que llegamos a una gran, gran,gran casa (O eso creía yo, una gran casa)
Entramos allí y habían varios deportistas prácticando... Basquetbolistas, gente haciendo ejercicios y Gimnastas, no olvido ese día, sentí una gran felicidad, al fin pude convencer a Teresa, me quedé parada observando a mi alrededor...

— Camina estúpida -Me dijo Teresa encendiendo un cigarro.

Caminé detrás de ella y nos dirigimos a un enorme espacio, niñas dando saltos, vueltas y piruetas.

— Oiga -Llamó Teresa a una señora, la entrenadora.

La señora se acercó, la fulminó con la mirada y después me observó a mi y me sonrió.

— ¿Si? -Preguntó ella.

— Ella es mi... -Empezó a decir Teresa echándome un mirada asesina- Hija -Dijo al fin haciendo una mueca- Quiero que venga aquí a hacer lo que sea que ustedes hacen.

— La señora río negativamente- Lo siento señora, pero no recibimos niñas a este tiempo del año -Dijo- Además, está muy pequeña.

— Mire prostituta barata -Dijo observando de abajo hacia arriba su ropa de deporte, la señora al parecer se enojó- Usted la aceptará, porque usted no tuvo que aguantarsela seis malditos meses día y noche ver cómo daba sus estúpidas piruetas y vueltas, tampoco tuvo que aguantarse cada llanto de esta bestia porque no le salía el paso -Dijo exhalandole el humo del cigarro en su cara.

— Señora primero que nada; Aquí no se puede fumar -Dijo en tono serio- Segundo; Es su hija -Exclamó- Y tercero; Ya le dije que no recibimos niñas a este tiempo del año, está muy pequeña y no creo que esté lista para esto -Terminó.

Teresa me echo una mirada a una niña pequeña que no podía dar una pirueta.

— Oye tú -La llamo Teresa- ¿Qué edad tienes? -Le preguntó.

La niña mostró cuatro dedos. Teresa miró a la profesora con de ¿Qué decía?.

— ¿Está muy pequeña eh? Tiene cuatro años, y usted no sabe lo que ésta niña puede hacer... Adelante, muéstrale lo que sabes hacer piojosa -Dijo exhalando humo.

Me quité mi abrigo y me dirigí a una barra que estaba adecuada para mí edad, me atrapé a él e hice dos vueltas y me tiré quedando de pie con los brazos extendidos. Después me dirigí a unas colchonetas e hice una pirueta hacia adelante, después vi la cara de Teresa, una sonrisa torcida, la maldita vieja tenía una maldita sonrisa torcida en su rostro,me dirigí a ella.

— Teresa tengo hambre -Le dije, pues no había desayunado.

— Ahora no estúpida, aguanta -Me respondió.

— Oiga señora, su hija tiene un maravilloso talento para la Gimnasia y me encantaría poder ser su maestra, solo tiene que inscribirla y pagar -Dijo la entrenadora.

— No tengo dinero, ¿no hay una beca o algo? -Preguntó- CÁLLATE -Me gritó para que parara de decirle que tenía hambre, y me callé.

— La entrenadora me miró con lástima, después miró a Teresa con el ceño fruncido- La hay, pero para eso tiene que esperar a Enero -Dijo- Pero... Yo podría pagarle la mensualidad y cuando comida su beca me pueden pagar lo que e gastado -Dijo.

— ¿Cuánto es? -Preguntó Teresa.

- Doscientos dólares -Dijo.

— Como sea -Dijo- Aquí le dejo a ésta -Dijo y se fue.

— Hola pequeña -Me dijo- Soy Mariana,  seré tu entrenadora ¿Cómo te llamas? -Me preguntó.

¿Pueden creer que se me había olvidado mi nombre? Pues creánlo.

— No... No lo sé -Dije.

— Mariana me miró sorprendida- ¿Tienes hambre?.

Asentí con fuerza.

— Vamos, te compraré algo.

Me compro un sándwich y un jugo, después salió del Gimnasio a buscar a Teresa para preguntarle por mi nombre. La razón por la que no sabía mi nombre era porque Teresa siempre me llamaba Estúpida, piojosa, pulga, garrapata y bestia. Y que me acuerde sólo una vez pregunté mi nombre, después se me olvidó.

Me comí el sándwich con el jugo y me sentí llena, después me acerqué a las colchonetas a estirar.

— Maya -Oí un grito suave detrás de mí- Tienes que esperar un cierto tiempo después de comer para calentar - Me dijo Mariana ya cerca de mi.

Asentí.


•••

Era septiembre, los otros meses fueron emocionantes,me enseñaron muchas cosas

Yo, Maya [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora