NARRA ERICK COLÓN
El silbato se volvió tortuoso para mis oídos, era la segunda vez que me tacleaban, yo era mejor que esto, era candidato para ser Co-Capitán del equipo junto con Joel, pero me sentía distraído, no podía dejar de pensar en ese mensaje. Lo que Joel había pensado en ese momento.
- Estás distraído. – reclamó el rizado quitándose el casco, dejando caer sus tan cuidados rizos húmedos por el sudor. - ¿Todo está bien, Cuba?
- Todo bien, México. – susurré retirando mi casco. – estoy algo nervioso, el entrenador solo espera el momento en que falle, así le dará el lugar a Gabriel y yo me iré a la mierda del equipo.
- Por favor, Erick. – rio mientras caminábamos hasta los vestidores. – eres el segundo mejor jugador que hay en la universidad.
- Según tú, ¿Quién es el primero? – lo miré entrecerrando los ojos.
- Si tienes que preguntarlo. – tocó su pecho. – obviamente que yo, cabeza de chorlito.
- Alto ego Pimentel. Bájate de tu pedestal amigo, estás subiendo tan alto que tocas las nubes, mi más sentido pésame cuando caigas. – bromeé.
- Oye, ¿Por qué no cierras la boca? – dijo golpeando levemente mi mejilla.
Ambos nos quitamos las hombreras, después el resto del equipo.
- ¿Nos duchamos? – preguntó sacando una toalla de su casillero.
- ¿Qué? – pregunté sorprendido.
- Ducharnos, sordo. – rodó los ojos. – estoy bañado en sudor. Betty ni me permitiría acercármele.
- Por Dios, Pimentel, bañado en sudar es en la única forma en la que yo pensaría que en verdad eres heterosexual.
- Tus bromas dejaron de ser graciosas desde que naciste. – comenzó a desnudarse.
Ese verano, en el que me descubrí a mí mismo, había marcado un antes y un después en mi vida, pero el mayor impacto se lo llevó mi amistad con Joel. Antes había podido verlo desnudo y no sentir absolutamente nada, pero ahora, verlo desnudo me provocaba erecciones y espasmos en el cuerpo. No estaba nada bien.
- Hablando de tu mensaje. – se colocó la toalla cubriendo su masculinidad. - ¿Para quién era? – preguntó bastante emocionado. – he conocido cada faceta de ti. Erick mujeriego, Erick soltero, Erick nerd, pero jamás el Erick enamorado. Y quiero saber quién sacó esa parte de ti.
Caminamos hasta las regaderas mientras formulaba la respuesta, volvió a retirar la toalla y entonces mi pene comenzó a reaccionar ante esa imagen, su trasero, su abdomen, su miembro. Mierda incluso ese corto brote de bello en sus genitales me había excitado.
- No es de importancia. – respondí al fin. – sinceramente, no creo lograr nada con él. – mordí mi lengua, que estúpido ¡Había dicho él!, comencé a toser para aparentar que no había podido terminar la oración. – con ella. – dije después de mi genial actuación.
- Oye, no es por molestar, ni por sentirte incomodo, pero somos dos chicos heterosexuales y lo sabemos perfectamente, así que me veré en la libertad de decirte mi amigo, que eres bastante guapo, cualquier chica caería rendido a tus pies.
Si, el único problema era que yo no quería una chica rendida a mis pies, lo quería a él. Compartir el liderazgo del equipo, la mesa de laboratorio, la cama, tener un solo corazón. Mierda lo quería como novio.
- Si, bueno, ojalá, todas las chicas pensaran como tú. – reí. – en el peor de los casos que me llegue a quedar soltero hasta los 20, te contaré como una oportunidad para prospecto a "Sr. Pimentel de Colón" – vaya indirecta.