Celos de un antiguo Amor.

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— Simplemente te la pasaras así el resto de la noche ¿verdad?

De nuevo por quien sabe cuanteaba vez el silencio le respondió, el ambiente ya era insoportable a estas horas, era tarde y estaba cansado de la actitud infantil que su pareja, desde la tarde Kirishima estaba de muy mal humor, repetidas veces preguntó que pasaba, preguntó mil cosas más con tal de obtener una palabra de parte del mayor, pero ni una maldita mirada le había dirigido.

A la salida no había pensado que lo esperaría, pero cuando llegó a la puerta de salida, fue básicamente arrastrado hasta el estacionamiento para subir al auto de Kirishima que molesto manejaba en silencio ahora mismo, la mirada fija en el camino.

— ¿Me dirás que te pasa?

Trato por milésima vez de hacerlo hablar, pero no separaba la mirada del camino, a pesar de estar detenidos en el tránsito de la noche, que aunque no era mucho, si tenía algunos autos en la espera del siga del semáforo.

Como parte del carácter Tsundere de Yokozawa estaba el no rogar más allá de lo que ya se había rebajado el día entero, estaba cansado de la semana de trabajo que tuvo gracias a Masamune y su increíble y muy clásico retraso para entregar al menos tres mangas de la edición del mes.

— Entonces, buenas noches Kirishima-san.

No iba a seguir soportando el mal carácter de su pareja, lo que quería era llegar a casa a dormir, ni siquiera pensaba en cenar o en ver a su gato, por una vez solo quería pensar en dormir. Bajo pues del auto que está a media calle, sin esperar respuesta de Zen, ya después vería que tenia y como arreglar... Lo que sea que le pasara, siendo honesto ni siquiera sabía a que debía el mal humor del castaño, ya era bastante raro verlo de mal humor y más aun era que no le dirigiera de menos una palabra para orientar sus pensamientos.

De sólo pensar en que tenía Kirishima le aumentaba el dolor de cabeza con el que ya cargaba, asi que cruzó la calle tras estampar la puerta del coche, y aunque finalmente escuchó la voz de Kirishima llamándole, esta vez era él quien no quería oírlo ni verlo por lo que restaba del día... Considerando que no faltaba mucho para la media noche sentía que pedía poco.

Camino hasta la acera tranquilo rumbo a su casa, vio los coches avanzar ante el verde del semaforo, no le interesó.... Solo quería su casa y su cama para dormir.

Había una razón por la que estaba en el departamento de ventas, y es que aunque su mente era buena para dirigir historias y sus habilidades manuales eran buenas para armar un manga, odiaba muy profundamente el trabajo que esto con llevaba, demasiado detalle que cuidar y muchas cosas que montar y recortar, iluminado, orden... No, prefería ver números todo el día y disfrutar del sol al hacer visitas a las tiendas, cosa que por ejemplo a Takano le resultaba fastidiosa.

— Te dije que esperaras —retrocedió ante el toque en su hombro, pero viendo que solo era Zen redirigido su mirada lejos de él, era su turno de estar molesto.

Cruzaron juntos la avenida y en silencio, ¿hasta dónde llegaría este sujeto? Su casa no estaba muy lejos de donde estaban ahora, si esto era un elaborado plan juraba que lo mataría con sus propias manos sin importarle llamar a la policía y aceptar su culpa.

Sin cruzar palabra, los dos iban calle arriba hasta el edificio donde Yokozawa aún vivía.

—¿Entrarás? — se atrevió a preguntar él oso buscando la llave de la entrada del edificio, recibiendo un asentimiento con la cabeza de Kirishima.

Subieron por el elevador juntos, aún sin hablar y sin mirarse, el único ruido eran las llaves en la mano de Yokozawa, abrió su departamento.

Dejó su abrigo en el perchero, soltó el portafolios en su mesa junto a las llaves y aflojo su corbata.

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