Lealtad de sangre: Sangre Vieja/ Sangre Nueva.

Prologo: La nueva sirvienta de la condesa

Nota: Hay veces que la protagonista narra.

Es el siglo XVI, en lo que fue alguna vez el reino de Hungria, existía un condado que era llamado Čachtice y es donde vivía madame Bathory, era perteneciente a unas de la familia más ricas de ese reino, según se cuenta, fue una asesina en serie que mato a varias doncellas y sirvientas y practicante de magia roja.

Imara, era una chica de 17 años de edad que estaba apunto de cumplir los 18, de piel blanca, cuerpo esbelto, ojos verdes oscuro, pelo castaño oscuro que le llegaba hasta la mitad de su espalda y tapaba sus orejas, vestida con un traje de una pieza color negro, unos zapatos de cuero cafés oscuro, estaba al frente de la puerta del castillo de piedra.

Hace algunos días atrás, había recibido un mensaje de mi querida tía, que me decía que necesitaba mi ayuda, ya que a la señora Bathory, le estaba escaseando la sirvientas, yo acepte gustosa, ya que necesitaba trabajo y escapar de mi familia, durante un tiempo, además he escuchado que la señora, tenia varios libros, que no estaba en la biblioteca que tenia los curas de la iglesia de mi pueblo, los cuales leía a escondida y gracias a estos pude aprender a leer.

Cuando llegue al frente de la puerta de aquel castillo, en ese día nublado y frío, me puse nerviosa, había escuchado rumores sobre la señora del castillo, una hechicera, adoradora de Satanás y otros rumores y el ambiente que se respiraba a la afuera del castillo, no ayudaba a mi tranquilidad, cerré mis ojos y trague saliva.

«Ya estoy aquí», me permitir pensar, pongo mi manos en mi pecho, respire hondo y bote el aire, «ya no hay vuelta atrás»

Toque la puerta y me abrió mi tía, una mujer, de baja estatura, cuerpo robusto, ojos negros, cabello negro con un peinado recogido y vestida con un traje gris y zapatos de cuero.

—querida, es un gusto verte—me dice mi tía con alegría y me abraza—Vamos entra, mi querida sobrina.

Entre al castillo y observe, que era un lugar grande con mucha decoración que cubría las paredes de piedras, con amplio pasillos que parecía no tener fin.

—Vamos, te presentare a los demás —me dijo mi tía, que me condujo a la cocina del castillo, en donde había una mesa de madera hecha de forma rustica, en donde se preparaba la comida, una chimenea que servía para calentar la caldera con la comida, además de varios sartenes y ollas de bronce, colgadas en la pared.

En la cocina, se encontraban los sirviente de la señora Bathory, los cuales estaban comiendo parados.

—Ella es mi sobrina Imara, nos viene ayudar—presento la tía a su sobrina.
—Buenas mañanas—saluda la joven, con una reverencia y una sonrisa —Es un gusto trabajar con ustedes.

Hago una reverencia, como respeto hacia mis compañeros de trabajo, los observo, casi todo eran mayores, menos una que tenia por nombre Katryna, la cual era mucho menor que yo, piel blanca y tersa, cuerpo esbelto, pelo negro que le llegaba hasta la cintura, ojos negro y una cicatriz en la mejilla.

Mi tía después de presentarme a los sirviente, me dijo que debía empezar a limpiar, me indicó los lugares en donde debía hacer el aseo y las salas prohibida, ya que la condesa, se pude enojar, si alguien entraba a esos lugares, yo asistí con no cabeza y empecé con mi trabajo, unas hora después los lugares que me tocaban estaban limpios, así que mi tía me felicito y me dio tiempo para descansar, ante de la próxima tarea.

Estuve trabajando en el castillo, durante un mes, hasta que conocí a la condesa, era una tarde lluviosa y limpiaba unos de los pasillo, cuando termine de hacer esa labor, me levante y deje mis utensilios, sentía una pequeña molestia en el hombro, así que lo ejercite un poco, como me había enseñado mi abuela, iba a proseguir con la otra sala, pero observe que al lado mio había una sala con una puerta roja que decía biblioteca. Me acorde de lo que había dicho mi tía esa sala estaba prohibida, pero pensé que era una biblioteca, no creía que la condesa se enojase por leer sus libros, además me gustan los libros.